Todo parece apuntar que el próximo vienes 14 de agosto, la administración de Nicolás Maduro y la oposición integrada por el G-4 iniciarán en México el periplo de negociaciones y acuerdos entre ambos sectores.
Según fuentes reveladas por periódico El Universal de México el sector opositor que asistirá a las negociaciones, está dispuesto a ir a unas elecciones presidenciales en 2024, sin embargo, para que ese escenario se dé, deben ocurrir varias eventos en 2021, 2022 y 2023.
Los enviados de Juan Guaidó, aseguran tener disposición total de negociar para que hayan elecciones libres, justas y verificables”.
Al factor electoral sumó el ingreso a Venezuela de vacunas anticovid y de ayuda humanitaria, su disposición de evaluar las sanciones de EE UU para quitarlas y la necesidad de definir plazos o “tiempos” para cumplir lo acordado.
La contraparte de Maduro que asistirá a la capital mexicana se concentrará en las medidas punitivas de EE UU, calificadas por el líder del PSUV como “guerra económica” y a las que el oficialismo culpó de las prolongadas carencias de medicinas, alimentos, y artículos básicos, de la hiperinflación, la devaluación sin control y de otros fenómenos.
“México será una notaría. Llevaremos el papel [de acuerdos] y que sea firmado para vender y comprar el apartamento: tenemos que hacer el notariado entre las dos partes”, narró.
Con los mediadores de Noruega, la “tarima” en México se completará con el bando oficialista acompañado por Rusia, Argentina, China, Cuba y Bolivia.
Mientras que la bancada opositora tendrá a Holanda, Francia, Colombia, Canadá y Uruguay.
Los enviados opositores serán de los partidos ejes —Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Primero Justicia— de la Plataforma Unitaria.
El debate, que está previsto se abrirá en la Ciudad de México, fue precedido por los fracasos de diálogos similares en República Dominicana en 2016, 2017 y 2018; en Noruega en 2019 y en la excolonia británica caribeña de Barbados en 2019.
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