La ley Sharia es el sistema legal del Islam. Se deriva tanto del Corán, el texto central del Islam, como de las fatwas, los fallos de los eruditos islámicos y significa literalmente «el camino claro y bien transitado hacia el agua».
La ley Sharia actúa como un código de vida que todos los musulmanes deben cumplir, incluidas las oraciones, el ayuno y las donaciones a los pobres.
Su objetivo es ayudar a los musulmanes a comprender cómo deben llevar todos los aspectos de sus vidas de acuerdo con los deseos de Dios. Los islamistas expertos indican que la ‘sharia‘ difiere en cada país.
En Irán, por ejemplo, rige una interpretación por la que se condena a muerte a los asesinos, violadores, narcotraficantes y a aquellos que atenten contra la ley de Alá y la República Islámica.
Estos castigos raramente se llevan a cabo, ya que muchas ofensas deben quedar probadas por confesión o atestiguadas por varios hombres musulmanes adultos. La legislación en Arabia Saudí también va por esos derroteros; mientras que en otros países como Marruecos o Egipto no es tan estricta.
La Sharia en diferentes países
Afganistán: Los talibanes aplicaron una brutal interpretación de la sharía durante su etapa en el poder (1996-2001).
Prohibían a las mujeres salir de sus hogares sin un escolta masculino y sin llevar burka, y el «hudud (límites del comportamiento aceptable)» estaba generalizado. El Talibán prohíbe la televisión, la música y el cine, y no dejó que las niñas de 10 años o más fueran a la escuela.
Arabia Saudita: La homosexualidad no solo es ilegal, sino también castigable con la ejecución, aunque la pena real suele quedar limitada a una paliza o la cárcel.
Indonesia: Las golpizas públicas son comunes para ofensas como las apuestas, el consumo del alcohol, el adulterio y la homosexualidad, y cuentan con un amplio apoyo entre la población.
Sudán: Activistas denuncian que cientos de mujeres son apaleadas cada año por «comportamiento inmoral» en base al código penal.
Catar: Las golpizas a quienes consumen alcohol y para las relaciones sexuales ilícitas son comunes. El adulterio está penado con 100 latigazos, pero puede ser castigado con pena de muerte si están involucrados una mujer musulmana y un hombre no musulmán.
En su sentido etimológico en árabe, sharia significa “vía amplia”, “apertura” o “camino”. Tal y como pone de relieve el profesor Wael Hallaq, de la Universidad de Columbia, “la Sharia era un modo de vida y una visión del mundo, a la vez que un conjunto de creencias”.
El vocablo sharia se utiliza recurrentemente en el discurso actual como vector de una serie de significados fantasmales: regímenes de terror, castigos corporales, repudios de mujeres, reivindicaciones extremistas de grupos terroristas, normas jurídicas arcaicas de los primeros tiempos del islam, conjunto de sanciones incompatibles con los derechos humanos, etc.
Sin embargo, es fundamental comprender que la constitución de la Sharia, cuando ésta se postula como instancia trascendente y a histórica, es utilizada sobre todo por los regímenes políticos más autoritarios para cimentar la permanencia de su poder en una ley inmune a cualquier evolución, según un escrito para Unesco de Ali Benmakhlouf, profesor de filosofía en la Universidad de París Este–Créteil.
Con información de El Mundo
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