Kathy Hochul se convirtió el martes en la primera mujer gobernadora del estado de Nueva York, y en sus primeras horas en el cargo intentaba infundir un nuevo sentido de urgencia para abordar los inmensos problemas desatendidos durante los últimos meses de Andrew Cuomo como titular del ejecutivo estatal.
En un discurso, Hochul dijo que ordenaría de inmediato el uso obligatorio de mascarillas a todos los que entraran en las escuelas y que buscaría imponer el requisito de que el personal de las escuelas esté vacunado contra el COVID-19 o se realice exámenes diagnósticos semanales. Señaló que el estado pondría en marcha un programa de exámenes médicos para el regreso a las escuelas.
“Ninguno de nosotros quiere que se repitan los horrores del año pasado con el COVID-19”, declaró Hochul. “Por lo tanto, adoptaremos medidas proactivas para impedir que eso suceda”.
Hochul también se comprometió a agilizar la entrega de la ayuda económica a los inquilinos que han sufrido financieramente debido a la pandemia. Y dijo que preparará al estado para que distribuya vacunas de refuerzo cuando estén ampliamente disponibles, incluyendo medidas como la reapertura de centros de vacunación a gran escala. También anunció que los neoyorquinos “pueden esperar nuevos requisitos relacionados con las vacunas”, aunque no precisó cuáles serían.
Hochul, una demócrata exintegrante del Congreso por el oeste de Nueva York, juramentó en el cargo poco después de la medianoche en un breve acto privado bajo la supervisión de la magistrada Janet DiFiore.
Durante la juramentación protocolaria en el Capitolio estatal, Hochul prometió un “enfoque fresco y de colaboración” en el gobierno estatal. Dijo que había empezado a conversar con otros líderes demócratas que se habían quejado durante años de que Cuomo los había intimidado y excluido de decisiones cruciales, incluido el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill De Blasio.
En los próximos meses, Hochul, que era poco conocida como vicegobernadora, tendrá la oportunidad de reconfigurar Albany, donde Cuomo dominó la toma de decisiones durante años antes de su caída debido a un escándalo de acoso sexual.
Durante generaciones se ha dicho que todas las decisiones reales en el gobierno estatal eran adoptadas por “tres hombres en una sala”: el gobernador y los líderes del Senado y la Asamblea estatal.
Ahora, por primera vez, dos de esos tres —Hochul y la líder de la mayoría del Senado, Andrea Stewart-Cousins— son mujeres. Sólo la Asamblea estatal está presidida por un hombre: Carl Heastie. AP