AURA ROSA CASTILLO / Enfermeras de la unidad de diálisis La Pastora renunciaron hace una semana y se complica la situación de los pacientes renales. Además desde hace un año no cuentan con médico nefrólogo. Exigen un sueldo “digno” para el personal de enfermería y cambio en la administración del servicio médico.
Un grupo de afectados acudió este martes a la Defensoría del Pueblo a donde acudirían representantes de la Dirección de Salud y del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales para buscar una solución.
Los pacientes tienen días sin dializarse y su vida depende de este tratamiento, insiste Daniel Colmenárez, presidente de la Fundación Amigos del paciente renal (Fundaprel).
Ellos deben recibir diálisis tres veces por semana en cada una cuatro horas. No obstante, reciben solo dos horas de la terapia. Eran 198 y el número se redujo a 112, el domingo se murió uno y otro este martes.
En el servicio laboraban 10 enfermeras y renunciaron cinco. Ellas hacen los que pueden, pero no son médicos y al momento de una emergencia, ellas no pueden entubar y el paciente corre riesgo de muerte, expresa Israel Morillo, afectado.
Denuncian que las bombas de osmosis no funcionan y en consecuencia el agua no se purifica y son propensos a infecciones durante el tratamiento. Además les provoca vómitos Asegura – además- que las unidades son dotadas de catéter, pero desaparecen sin que alguien de explicación.
Jesús León, paciente, manifestó que en lo que va de año han muerto 10 pacientes renales. Los enfermos renales están a la deriva y –a su juicio- es necesario un cambio en la administración de la Unidad de diálisis.