Shirley era una perrita que se aquerenció con los efectivos de la Segunda Compañía de Bomberos de Talagante, ciudad en la Región Metropolitana de Santiago, Chile. Pero no era la mascota del cuartel sino una integrante más del equipo que brinda servicios a la comunidad.
El amor que le dispensó a sus compañeros fue retribuido con un emotivo acto de despedida durante el mes de marzo, cuando Shirley partió de este mundo. En ese momento, los bomberos tomaron la decisión de darle el último adiós acorde a la circunstancia.
El acto
Los restos del can fueron depositados en un ataúd de color blanco que reposó durante unas horas en un altar montado dentro del cuartel.
Sobre el altar se dispusieron velas votivas y las mangueras que fueron utilizadas para extinguir incendios fueron cruzadas delante del cajoncito. Además, varias coronas de flores se dispusieron alrededor.
Como último saludo, la perrita fue conducida a lo algo de un cordón de bomberos, quienes derramaron las lágrimas de despedida mientras los camiones hacían sonar las sirenas.
Las palabras finales de despedidas fueron pronunciadas por un servidor público y luego depositaron los restos de Shirley en el patio del cuartel, para que siempre los cuide desde donde esté./AB