Israel aprobó el domingo la prohibición de ingreso de viajeros extranjeros y el uso de una tecnología controversial para rastreo de contactos como parte de sus esfuerzos para combatir una nueva variante del coronavirus.
El Ministerio de Salud dijo en una declaración que el gabinete del coronavirus había autorizado una serie de medidas, incluyendo la prohibición de viajes a 50 países africanos, la suspensión del ingreso de extranjeros y ordenando cuarentena para todos los israelíes que arriben del exterior.
Aprobó además el uso de una controversial tecnología de monitoreo de teléfonos del servicio de inteligencia Shin Bet para el rastreo de contactos de individuos con casos confirmados de la variante ómicron en Israel.
Grupos israelíes de derechos humanos habían lamentado el uso de la tecnología por considerarlo una violación de la privacidad y la Corte Suprema falló este año que sea limitado su uso.
El primer ministro israelí Naftali Bennett dijo que el incremento de los controles fronterizos va a ayudar a mantener abierto el país internamente.
“Las restricciones en la frontera del país no son un paso fácil, pero es un paso temporal y necesario”, dijo al inicio de la reunión semanal del gabinete.
El doctor Ran Balicer, jefe del panel asesor del gobierno para el COVID-19, le dijo a la radio pública de Israel que las nuevas medidas eran necesarias para la lucha contra la nueva variante y agregó que era “mejor actuar temprana y estrictamente” para prevenir su diseminación.
El sábado, Israel dijo que había detectado la nueva variante en un viajero que regresaba de Malawi y estaba investigando otros siete casos posibles. Las siete personas incluyeron a tres vacunados y todas fueron colocadas en aislamiento.