El papa Francisco volvió este domingo 05-Dic a Lesbos, la isla griega que es el corazón de una enorme oleada migratoria hacia Europa con el fin de reconfortar a los solicitantes de asilo, tras criticar a los gobiernos europeos por su manejo actual de los migrantes durante una visita a dos de los países más afectados.
A su llegada al campamento Mavrovouni, Francisco — quien no portaba mascarilla — se tomó su tiempo para caminar a lo largo de las barricadas, acariciando la cabeza de los niños, preguntándoles sus nombres y posando para selfies. Fue recibido por esperanzados solicitantes de asilo que le gritaban: “¡Bienvenido!” “¡Lo amamos!”
El pontífice de 84 años pasará únicamente dos horas en el campamento, donde los candidatos a refugiados viven en contenedores blancos de Naciones Unidas junto al mar y rodeados de alambreas de púas. En su visita previa, en 2016, Francisco llevó consigo a 12 refugiados musulmanes sirios de regreso con él a bordo del avión papal.
El papa realiza una gira de cinco días por Chipre y Grecia, la cual ha estado dominada por el tema migratorio. El viernes pasado en Chipre, arremetió contra la “cultura de la indiferencia” hacia los migrantes, y un día después en Atenas hizo un llamado a los gobiernos europeos a recibir a migrantes “en proporción a las posibilidades de cada país”.
“Europa continúa estancada, cayendo presa de las formas del interés nacionalista en lugar de ser un motor de solidaridad. Por momentos, parece flaquear poco coordinada”, declaró. “En el pasado, los conflictos ideológicos evitaron la construcción de puentes entre el este y el oeste de Europa. Ahora, el tema de la migración también ha dejado brechas entre el sur y el norte”.
Francisco señaló que los migrantes y refugiados atraviesan una “horrenda Odisea moderna”, refiriéndose al antiguo poema épico griego.
Más de un millón de personas, muchas de las cuales huía de las guerras en Irak y Siria, cruzaron desde Turquía hacia Grecia entre 2015 y 2016, y Lesbos se convirtió en el punto de paso de mayor actividad en Grecia. Un hacinado campamento de refugiados en Moria, dentro de la isla y que el papa visitó en 2016, fue destruido por un incendio el año pasado.
Francisco se reunirá el domingo con migrantes en el campamento de reemplazo, presidirá una misa y también pasará tiempo con algunas de las familias dentro de sus contenedores.
“Para nosotros es un honor que venga el papa. Tenemos muchos problemas aquí como refugiados, mucho sufrimiento”, dijo Enice Kiaku, una solicitante de asilo congolesa cuyo hijo, sentado en su regazo, nació en Lesbos. Pero al igual que el pequeño Guilain, no tiene documentos de identidad, reseña AP.
“Nació aquí, pero no tiene papeles. La llegada del papa nos hace sentir bendecidos porque esperamos que el papa nos lleve con él, porque aquí sufrimos», dijo Kiaku mientras esperaba en su carpa a la llegada del papa.
El Vaticano no se comprometió a que algún migrante dejara la isla con el papa en esta ocasión. El viernes, la santa sede confirmó que, como parte de la visita de Francisco, 12 migrantes que actualmente viven en Chipre serían reubicados en Italia en las próximas semanas bajo el cuidado de una organización benéfica católica en Roma.
Entre los invitados a estar en el escenario con Francisco el domingo se encuentra Christian Tango Mukaya, un congolés padre de tres hijos y que le perdió la pista a su esposa durante su trayecto, y ahora espera que aparecer junto al pontífice le dé la visibilidad suficiente para reunirlos.