Este jueves se realizó en Australia el primer funeral de uno de los seis niños que murieron la semana pasada tras caer desde diez metros de altura cuando un golpe de viento levantó el castillo inflable en el que jugaban.
El funeral de Zane Mellor, de 12 años, es el primero que se ha celebrado desde la tragedia ocurrida el pasado jueves en un colegio de la localidad de Devonport, en el norte de la isla de Tasmania.
En el trágico accidente, ocurrido mientras se celebraba el último día de colegio, murieron cuatro niños y dos niñas, de entre 11 y 12 años, mientras que otros dos menores que resultaron heridos de gravedad siguen hospitalizados y otro se recupera en casa.
Durante el servicio de hoy celebrado en Devonport, sobre el ataúd de Zane, que era un apasionado de los videojuegos y los dinosaurios, estaba su consola PlayStation, los mandos y un póster de uno de sus juegos favoritos, detalló la cadena pública ABC.
Según la investigación preliminar, una fuerte racha de viento levantó por los aires al castillo hinchable y los niños cayeron desde una altura de unos diez metros.
La Policía indicó que alrededor de 40 niños se encontraban jugando en la atracción cuando ocurrió el accidente, que atribuyó a una «tragedia absoluta».
Después del desastre, el departamento de Educación de Tasmania prohibió indefinidamente los equipos hinchables en todos los centros escolares.
Accidentes relacionados con castillos hinchables han ocurrido en el pasado en otros países como en España, donde al menos cuatro menores han muerto y más de medio centenar han resultado heridos en este tipo de atracción en los últimos 20 años.