La Iglesia Católica conmemora cada 28 de diciembre la gran matanza que ordenó el rey de Judea, Herodes I el Grande, y que tuvo como objetivo todos los niños que hubieran nacido en Belén y fueran menores de dos años.
Esta fue una masacre generalizada para intentar acabar con el recién nacido Jesús, y que es mencionada en el Evangelio de Mateo.
En el siglo IV se instituyó esta fiesta en honor de los Santos Inocentes. La tradición oriental los recuerda el 29 de diciembre, mientras que la tradición latina, los celebra el día 28.