La OPEP y demás países petroleros decidieron el martes 4 de enero aumentar la producción con la esperanza de que la demanda seguirá subiendo a pesar de la rápida propagación de la variante ómicron del coronavirus durante este 2022.
La alianza llamada OPEP+, integrada por 23 países y liderada por Arabia Saudí, que es miembro de la organización petrolea y por Rusia, que no lo es, aprobó aumentar la producción mundial en 400.000 barriles diarios a partir de febrero, ateniéndose a su plan de ir gradualmente compensando por los recortes que aplicó como consecuencia de la crisis económica provocada por la pandemia.
Al anunciarse la noticia subieron los precios del petróleo: el crudo estadounidense aumentó en 1,7% a 77,32 dólares el barril mientras que el crudo Brent, usado como referencia internacional, se incrementó en 1,5% a 80,28 dólares por barril.
Tras surgir los primeros reportes de la contagiosa variante ómicron a fines de noviembre, los precios del petróleo y las acciones bursátiles cayeron en picada. Pero desde entonces los precios se han recuperado y los mercados se han calmado.
Los analistas sospechan que los indicadores de viajes y transporte apuntan a que ómicron, aunque está acaparando titulares y despertando temores de que los hospitales se verán colmados, no reducirá marcadamente la demanda por gasolina.
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