«He ordenado a los cuerpos de seguridad y al ejército que disparen a matar sin advertencia», afirmó el mandatario kazajo en una alocución al pueblo transmitida por el canal de televisión Khabar 24.
Esto contra los manifestantes que vienen ocasionando graves disturbios en los últimos días, a los que calificó de «bandidos», si ofrecen resistencia a las autoridades.
El mandatario señaló que «los terroristas continúan dañando la propiedad estatal y privada» y «utilizan sus armas en contra de los cuidadanos».
En los disturbios recientes, según Tokáev, también se ve la mano de «profesionales de la subversión ideológica, hábiles en el manejo de desinformación y noticias falsas y capaces de manipular los ánimos».
«Al parecer, había un puesto de mando preparándoles y guiándoles. El Comité de Seguridad Nacional y la Fiscalía General ya lo están investigando», dijo.
«Prometo a la ciudadanía que todas estas personas serán sometidas a las más rigurosas sanciones penales», añadió.
3.000 detenidos, 26 muertos y 18 heridos
En este sentido las fuerzas kazajas mataron a, al menos, 26 personas en la operación antiterrorista que efectúan sobre todo en la ciudad de Almaty.
El Ministerio del Interior señaló se han detenido a más de 3.000 delincuentes y hay 18 personas armadas heridas.
Las autoridades reconocieron previamente la muerte de al menos 18 agentes del orden, dos de los cuales fueron hallados decapitados, siempre según la versión oficial.
Ante la «amenaza terrorista» el presidente pidió ayuda a la Organización de Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), un bloque militar en el espacio postsoviético que agrupa a seis países y está liderado por Rusia, parte de cuyas fuerzas de pacificación ya llegaron al país con el objetivo de «estabilizar la situación».