Líderes separatistas en el este de Ucrania ordenaron el sábado una movilización militar total coincidiendo con el repunte de la violencia en la región arrasada por la guerra que Occidente teme que pueda ser utilizada como pretexto para una invasión de la vecina Rusia.
Denis Pushilin, el líder del gobierno separatista prorruso en la región de Donetsk, anunció en un comunicado la movilización total de las tropas e instó a los reservistas a presentarse en las oficinas de alistamiento militar.
Poco después, Leonid Pasechnik, líder separatista de la región de Luhansk, hizo un anuncio similar.
Pushilin se refirió a la “amenaza inmediata de una agresión» de las fuerzas ucranianas, algo que éstas habían negado de forma tajante antes.
“Hago un llamado a todos los hombres de la república que puedan empuñar un arma para que defiendan a sus familias, a sus hijos, esposas y madres», dijo Pushilin. ”Juntos, conseguiremos la anhelada victoria que necesitamos».
El enfrentamiento entre los secesionistas y las fuerzas estatales comenzó hace casi ocho años, pero la violencia a lo largo de la línea de control que separa a los dos bandos se ha recrudecido en los últimos días. El viernes se registró un atentado con un coche bomba en la ciudad de Donetsk y un ataque a un un convoy de ayuda humanitaria, entre otros incidentes, que avivaron la sensación de alarma.
Con un estimado de 150.000 soldados rusos apostados en torno a las fronteras ucranianas, el conflicto separatista latente podría propiciar al chispa que motive un ataque más amplio.
Los rebeldes prorrusos iniciaron el viernes la evacuación de civiles de la zona de conflicto con un anuncio que parecía ser parte de los esfuerzos de Moscú para presentar a Ucrania como el agresor.
El ejército de Ucrania dijo el sábado que un soldado murió por los bombardeos en una zona de la región de Donetsk controlada por el gobierno, y que las fuerzas separatistas estaban colocando artillería en zonas residenciales para tratar de provocar una respuesta.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el viernes que ahora está “convencido” de que su homólogo ruso, Vladimir Putin, ha decidido invadir Ucrania y asaltar su capital, Kiev.
Tras semanas diciendo que Washington no estaba seguro de si Putin había tomado la decisión final, el mandatario manifestó que esa valoración había cambiado citando a la inteligencia estadounidense.
“A partir de este momento, estoy convencido de que ha tomado la decisión (…) Tenemos razones para creerlo”, declaró Biden reiterando que el asalto podría producirse en los “próximos días”.
Por su parte, Rusia realizó maniobras nucleares masivas el sábado. El Kremlin había anunciado que Putin, que se comprometió a proteger los intereses nacionales contra lo que considera amenazas de Occidente, supervisaría personalmente los ejercicios y la exhibición del poderío nuclear del país desde la sala del situación del Ministerio de Defensa.
Biden reiteró también su amenaza de imponer duras sanciones económicas y diplomáticas a Rusia si entra al país vecino, e instó a Putin a reconsiderar sus acciones. Además, aseguró que Estados Unidos y sus aliados occidentales estaban más unidos que nunca para garantizar que Moscú pague por la invasión.
En otro indicio de que los rusos se estaban preparado para una gran ofensiva militar, un funcionario de Defensa estadounidense estimó que entre el 40 y el 50% de las fuerzas terrestres desplazadas cerca de la frontera se han movido a posiciones de ataque más cerca de suelo ucraniano.
El cambio se ha realizado durante cerca de una semana, según otros funcionarios, y no significa necesariamente que Putin haya decidido iniciar una invasión. El funcionario de Defensa habló bajo condición de anonimato para discutir evaluaciones militares internas estadounidenses.
Según el funcionario, el número de unidades terrestres rusas conocidas como grupos tácticos de batallón en la zona fronteriza han aumentado a 125, desde los 83 de hace dos semanas. Cada uno de estos grupos cuenta con entre 750 y 1.000 soldados.
Se espera que la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que asiste el sábado a una conferencia de seguridad en Múnich, Alemania, advierta a Rusia de que un ataque a Ucrania tendría costos financieros “sin precedentes” y de que una invasión solo acercará más a los aliados europeos a Washington.
Por su parte, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, apuntó que la Unión Europea ha preparado importantes sanciones adicionales contra Rusia en coordinación con Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, incluyendo limitar el acceso a los mercados financieros.
“La peligrosa forma de pensar del Kremlin, que procede directamente de un pasado oscuro, podría costarle a Rusia un futuro próspero», afirmó von der Leyen en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Las líneas de comunicación siguen abiertas: los responsables de Defensa de Washington y Moscú hablaron el viernes y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, acordaron reunirse la próxima semana.
La preocupación inmediata se centra en el este de Ucrania, donde las fuerzas de Kiev combaten a los rebeldes prorrusos desde 2014 en un conflicto que se ha cobrado más de 14.000 vidas. Las violaciones del acuerdo de alto el fuego alcanzado en 2015, incluyendo bombardeos y tiroteos en la línea de contacto, han sido habituales.