El presidente Emmanuel Macron y la candidata ultraderechista Marine Le Pen encabezan la primera ronda de las elecciones presidenciales en Francia, según proyecciones divulgadas el domingo.
Si los resultados oficiales lo confirman, los dos se enfrentarán en segunda vuelta el 24 de abril, similar a las elecciones de 2017. Las proyecciones mostraban a Macron con una cómoda ventaja en la primera ronda del domingo con entre 27% y 29% de apoyo y a Le Pen con entre 23% y 24% de los votos.
Pero es probable que la segunda ronda sea reñida.
El resultado de las elecciones impactará la dirección de Europa frente a Rusia y los estragos causados por la guerra contra Ucrania. La segunda vuelta del 24 de abril parece destinada a enfrentar al centrista Macron, quien busca modernizar la economía y fortalecer la cooperación europea, ante la nacionalista Le Pen, cuya popularidad ha aumentado gracias a la ira de los votantes por el aumento de la inflación.
Los resultados oficiales se esperan para el domingo por la noche.
Los franceses acudieron a los centros electorales el domingo en todo el país para la primera ronda de la votación presidencial donde hasta 48 millones de personas eligieron entre 12 candidatos. Macron busca un segundo mandato de cinco años pero enfrenta un gran desafío de la ultraderecha.
Los centros de votación abrieron a las 8 de la mañana y cerraron a las 7 de la noche (1700 GMT) en la mayoría de los lugares, y hasta las 8 de la noche en algunas ciudades más grandes. Francia tiene un sistema manual de voto: los ciudadanos deben depositar personalmente las boletas, que después son contadas a mano.
Votantes abrigados contra el frío de abril hicieron fila antes de la hora de apertura en un centro electoral al sur de París. Una vez dentro, colocaron sus boletas de papel en sobres y después en cajas transparentes, algunos con mascarillas y gel desinfectante como prevención contra el COVID-19.
Muchos candidatos hicieron visitas tempranas a sus propios colegios electorales, sonriendo a los periodistas.
Valerie Pecresse, del Partido Republicano, emitió su voto en Velizy-Villacoublay, al suroeste de París, mientras que Le Pen votó en Henin-Beaumont, una ciudad en el norte de Francia a 190 kilómetros (120 mieles) al noreste de París. Macron y su esposa sufragaron en la localidad de Le Touquet, en el norte de Francia.
Durante meses, pareció que el centrista Macron tenía en el bolsillo la victoria para convertirse en el primer presidente de Francia en 20 años que obtenía un segundo mandato. Pero la imagen se hacía menos clara conforme la campaña entraba en la recta final, y el golpe de la inflación sobre los precios del combustible, la comida y la energía se convertía en el tema principal de la campaña en muchos hogares de bajos ingresos. Eso podría llevar a los votantes a los brazos de Le Pen, la némesis política de Macron.
Macron, de 44 años, derrotó a Le Pen en 2017 para convertirse en el presidente más joven del país.
Con una guerra en el flanco oriental de la UE, los votantes franceses decidían en unas presidenciales con implicaciones internacionales. Francia es la segunda economía del bloque de 27 países, la única con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su única potencia nuclear. Y mientras el presidente de Rusia, Vladimir Putin, continúa con la guerra en Ucrania, el poder de Francia será un factor en la respuesta europea.
La guerra de Rusia en Ucrania ha ofrecido a Macron la oportunidad de demostrar su influencia en el panorama internacional y su posición a favor de la OTAN en los debates electorales. Macron es el único de los favoritos que apoya la alianza, mientras que los demás tienen conceptos distintos del papel de Francia en ella.
Una salida francesa asestaría un duro golpe a la alianza, construida hace 73 años para proteger a sus miembros de la Guerra Fría. AP