Reinaldo Gómez.- “En este momento, el productor de azúcar lo que recibe es apenas un bolívar por cada kilogramo que vende, con lo cual tiene que hacer verdaderos malabares para poder afrontar, en primer lugar, los costos operativos de la industria, que ya están sencillamente por las nubes si tomamos en cuenta la cantidad de compromisos que tiene adquiridos únicamente en ese apartado; en segundo lugar, los costos del recurso humano, es decir, sus trabajadores, y, finalmente, los mismos costos que trae aparejados consigo el sostenimiento de su familia”.
La anterior apreciación fue emitida por Edgar Contreras, presidente de la Sociedad de Cañicultores del Occidente de Lara (Socadol), al ser consultado por este diario en torno a la materia.
-¿Cuál, a su juicio, debe ser el precio del kilogramo de azúcar a nivel del productor?
–Mira, yo te podría decir que el precio del azúcar a nivel del productor debería ser de un dólar por cada kilogramo que vende, y que le pueda quedar entonces una ganancia del 60 por ciento, para lo que antes he señalado, es decir, los referidos costos operativos, cuestión que, además, derivaría también en un notable incremento de la producción de caña y de la producción de azúcar.
Bajísima producción
Contestando a una pregunta, el entrevistado apuntó:
-Es que ocurre que -y con eso no estoy descubriendo el agua tibia- este país ha bajado su producción en todas las áreas de la producción, valga la redundancia, todo ello como consecuencia de diversas situaciones generadas en los últimos años, fundamentalmente por el actuar de un Estado que se ha empeñado en entrometerse en todas esas áreas de productividad.
-¿En qué ha incidido ello en el renglón de la caña de azúcar, por ejemplo?
–Bueno, para citarte cifras, te puedo decir que, para el año 2007, en el país, los productores molíamos nueve millones de toneladas de caña, y producíamos 850 toneladas de azúcar, con lo que abastecíamos la casi totalidad de la demanda de país para ese momento.
–Pero, hoy en día, no llegamos ni siquiera a las dos toneladas de caña de azúcar molidas, y, por supuesto, mucho menos llegamos ni siquiera a las 200.000 toneladas de azúcar producidas.
Otros aspectos
Quiso igualmente Contreras ser insistente en cuanto a los gastos del productor de caña en Venezuela, como lo son -dijo- los fertilizantes y conexos; los gastos propios de las labores de cultivo, y el costo de los recursos humanos.
-Y es por todo eso que yo digo que la producción de la caña de azúcar en Venezuela sigue sencillamente en picada.