Mientras que América Latina y el Caribe el organismo mejoró ligeramente su previsión de crecimiento, para el resto del planeta las recortó, debido sobre todo a los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania, en cuyos PIB (Producto Interior Bruto), el FMI augura severas contracciones.
Afirma el FMI en su últimos pronósticos para 2022, que el crecimiento general de Latam y el Caribe se modere a 2,5% durante 2022–23″, una cifra que representa una mejora de 0,1 puntos porcentuales respecto a las previsiones de enero para este año.
Sostiene que Brasil y México, primera y segunda economía regional, respectivamente, obtendrán repuntes importantes, aunque como las demás, reflejan los embates de la pandemia: incremento de los precios de las materias primas, los cuales derivan en aumentos en el precio de la energía, los metales y los alimentos, así como en desequilibrios de oferta y demanda.
En la misma jornada del martes 19-Abr, el FMI recortó las perspectivas de la economía mundial para este año y el próximo. Culpa al conflicto Rusia-Ucrania de perturbar el comercio mundial, hacer subir los precios del petróleo, amenazar el suministro de alimentos y aumentar la incertidumbre ya exacerbada por el coronavirus y sus variantes.
La organización financiera de 190 países redujo su pronóstico de crecimiento global a 3,6% este año, una fuerte caída desde el 6,1% del año pasado y frente al crecimiento del 4,4% que esperaba en enero para todo 2022.
También espera que la economía mundial crezca un 3,6% nuevamente en 2023, un poco menos que el 3,8% pronosticado en enero.
Por otra parte, espera que la economía de Rusia, golpeada por las sanciones, se contraiga un 8,5% este año y la de Ucrania un 35%, cifras que representan respectivamente 11,3 y 38,5 puntos porcentuales menos que en las previsiones de enero que daban a Rusia un crecimiento de 2,8% y a Ucrania de 3,5% en 2022.