La UEFA aquietó este martes la polémica en torno al nuevo formato de la Liga de Campeones al reducir la cantidad de partidos en la fase de grupos y otorgar dos plazas por ranking a las ligas en lugar de los clubes.
Los cambios a partir de la temporada 2024-25 establecen que la Champions contará con 36 equipos en vez de 32 en la fase de grupos. Además, el número de fechas aumentará de seis a ocho por equipo, en lugar de los 10 que se propusieron inicialmente.
Para aplacar la mayor polémica, la UEFA, ligas nacionales y clubes descartaron asignar dos plazas a equipos no clasificados en base a resultados históricos. Esas dos últimas plazas serán para las federaciones con el mejor rendimiento colectivo de sus clubes en la temporada anterior.
Si el formato estuviese en vigor ahora miso, eso significaría que el quinto lugar en Inglaterra se clasificaría a la Champions, además de una segunda plaza automática para Holanda. El tercero en la liga neerlandesa accederá a las rondas clasificatorias.
La tradicional fase de grupos dará lugar a una única fase de liga que incluirá a todos los clubes participantes.
El plan original, que desató un fuerte rechazo, particularmente de los equipos de la clase media, les habría otorgado dos plazas a los equipos con el mejor récord europeo en cinco años y que no pudieron clasificarse mediante su resultado en una temporada de su liga doméstica.
La repartición de las otras dos plazas nuevas incluye a un equipo adicional de de la liga de la federación ubicada en la quinta posición en el ranking de la UEFA — habitualmente ocupado por Francia — y un quinto boleto a un campeón nacional que previamente no se clasificaba automáticamente.
El presidente de la UEFA, Aleksander Čeferin, dijo que los cambios aprobados en una reunión del comité ejecutivo en Viena aseguran que la clasificación se determinará mediante el mérito deportivo».
«La UEFA ha demostrado hoy claramente que estamos plenamente comprometidos con el respeto de los valores fundamentales del deporte y con la defensa del principio clave de las competiciones abiertas», apuntó Čeferin.
«Estamos convencidos de que el formato elegido alcanza el equilibrio adecuado y que mejorará el balance competitivo», añadió. «Generará sólidos ingresos que podrán distribuirse a los clubes, las ligas y al fútbol de base en todo nuestro continente, al tiempo que aumentará el atractivo y la popularidad de nuestras competiciones de clubes».
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