La estadounidense Serena Williams no quiere decir adiós cuando muchos creen que se va, pero avanzó en el US Open de Nueva York al vencer a la montenegrina Danka Kovinic 6-3, 6-3 el lunes 29 de agosto.
En su primer partido del que se anticipa será su último Abierto de Estados Unidos, y último torneo de su asombrosa carrera, se recuperó de un titubeante arranque para triunfar el estadio Arthur Ashe. El ambiente fue más propio de un carnaval que la melancolía que acompaña las despedidas.
¿Cuál será el recuerdo de la noche que se le quedará grabado?. “Cuando salí a la pista el recibimiento fue realmente abrumador. Había mucho ruido y lo sentía en mi pecho. Fue una sensación muy bonita», dijo la seis veces campeona en Flushing Meadows y dueña de un total de 23 títulos de Grand Slam.
CLINTON, TYSON, NAVRATILOVA, LEE PRESENTES
“Es una sensación que nunca olvidaré», añadió. “Es algo con un enorme significado para mí”. Fue todo un espectáculo. El director de cine Spike Lee participó en el cara o cruz de la moneda. El expresidente estadounidense Bill Clinton se encontraba en las gradas. También estaban el boxeador Mike Tyson y la extenista Martina Navratilova, sentados juntos.
E igual estaba con su papá y la abuela la hija de Serena, Olympia, quien el jueves 1 de septiembre cumplirá 5 años. Lució adornos en las trenzas blancas en su pelo, lo mismo que hizo su madre cuando conquistó su primer US Open, cuando tenía 17 años en 1999.
Williams tiene 40 años ahora y le reveló al mundo hace tres semanas, mediante una columna en la revista Vogue, que estaba lista para concentrarse en ser mamá por segunda vez y en su fondo de capital de riesgo.
Cuando le preguntaron el lunes 29 si este será su último torneo, Serena respondió con una sonrisa pícara. “Admito que he sido algo ambigua al respecto”. Añadió: “Y seguiré siendo ambigua, porque nunca se sabe”.
AP
Serena Williams celebra cada momento