El hijo mayor de la Reina asume el trono con 73 años en un acto que ha tenido lugar en el Palacio de St. James de Londres.
Carlos de Inglaterra, de 73 años, ha sido proclamado Rey este sábado 10 de septiembre por la mañana en una ceremonia de adhesión que remonta sus orígenes varios siglos atrás después del fallecimiento, hace dos días, de su madre la reina Isabel II, a los 96 años.
El acto por el que hasta ahora heredero ha quedado legitimado como monarca es tradicional y solemne, aunque menos vistoso que la coronación, que previsiblemente tardará unos cuantos meses en llegar debido a los preparativos que tan magno acontecimiento necesita.
Esta adhesión ya es parte de la historia pues es la primera vez que se retransmite por televisión. El escenario ha sido el palacio de St. James de Londres y junto a él han estado su esposa, la reina consorte Camilla, y su hijo, el príncipe Guillermo, nuevo príncipe de Gales.
«El príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge se convierte ahora, por la muerte de nuestra señora soberana de feliz memoria, en nuestro rey Carlos III… ¡Dios salve al rey!», proclamó el consejo antes de que el propio monarca fuese llamado a la sala.
«El reinado de mi madre fue inigualable por su duración, dedicación y devoción (…) Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y pesadas responsabilidades de la soberanía, que ahora se me transmite», afirmó el nuevo monarca.
Siguiendo un protocolo cuidadosamente diseñado desde hace tiempo, el hijo de 73 años de la difunta reina se instala poco a poco en la jefatura de Estado y en el corazón de los británicos.
El primer discurso del Rey
En su primer discurso televisado como Carlos III, el nuevo monarca alabó el viernes a su «amada mamá», un «modelo» y una «inspiración» siempre «al servicio del pueblo» a la que se comprometió a emular.
«Les renuevo hoy a todos ustedes esa promesa de servicio durante toda la vida», subrayó visiblemente emocionado.
El eterno príncipe de Gales sucedió automáticamente el jueves a Isabel II, que se apagó con 96 años en su castillo escocés de Balmoral tras siete décadas de reinado, conmocionando al Reino Unido, la Commonwealth y al mundo.
Durante un oficio religioso el viernes en la catedral de San Pablo en Londres se cantó el himno británico modificando la letra, «God save the King» (Dios salve al rey), por primera vez en 70 años.
Tras la ceremonia de proclamación, esta debía ser leía al público desde un balcón del palacio y en otros lugares emblemáticos de Londres.
Después, los miembros del Parlamento -diputados y Lores- jurarán lealtad al monarca y le expresarán sus condolencias. Por la tarde, Carlos III recibirá de nuevo a Truss y a los principales miembros de su ejecutivo, recién nombrado el martes.