Enmanuel De Sosa.- La desaparición del cuerpo de un bebé de dos meses, bastó para que la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda sufriera cambios bruscos, pero para algunos, muy necesarios. De acuerdo a los acontecimientos recientes.
El jueves comenzaron la instalación de cámaras para, presuntamente mantener registros visuales de lo que ocurre tanto dentro, como por fuera de la sala de autopsias, algo que según fuentes cercanas al trabajo de preparación de cadáveres, sería ilegal por el grado de confidencialidad que representa.
En total son 6 los equipos de cámaras de vigilancia, 4 de ellas tipo Domo y otras 2 modelo Bullet .
El extravío del bebé que falleció el martes pasado e ingresó el miércoles para ser retirado el viernes por sus padres, representó un ‘escándalo’ que provocó protestas y una cantidad de quejas a la directiva del Hospital Central por parte de los familiares.
Según indicaron fuentes policiales, la instalación contó con una inversión de 2.500.000 de bolívares soberanos aportados por las funerarias Candefu y Camfunaprol. También fue habilitado una habitación para el monitoreo.