La primera temporada de House of the Dragon ha encarnado en la princesa Rhaenyra un drama bastante similar al que ha vivido en la realidad el príncipe Carlos de Inglaterra (hoy Rey) durante los últimos 30 años: la dilatación constante de la llegada al trono. La quinta temporada de The Crown, que narra también su separación de Diana de Gales, dramatiza sobre todo la colisión entre sus ansias de poseer la corona, el trono y la resistencia de su madre.
El heredero la desafía ya en una entrevista que se publica en el primer capítulo (“El síndrome de la reina Victoria”). Aunque termina con una conversación íntima entre el primer ministro John Major y su esposa, tiene en verdad su punto culminante unos segundos antes, en el cruce de miradas entre la reina Isabel y Carlos. Este vuelve a ser, durante un segundo, un niño retraído y avergonzado, así se presenta.
Desde que fue estrenada en 2016, y con 21 premios Emmys en su haber, la serie ha abordado en contrapunto la historia del Reino Unido y del mundo durante la segunda mitad del siglo XX y la psicología individual de los responsables de su gobierno y de la monarquía.
John Major es el décimo primer ministro que aparece en The Crown: todos han sido retratados en sus particularidades y contradicciones. Los miembros de la familia real han sido explorados con detalle de lupa . En particular, el primogénito de la reina, su hermana (Margarita) y su marido (Felipe). Todos los matrimonios se han roto menos el suyo, duro —pese a tantas grietas— como una roca, tantos acontecimientos sucedidos en torno a la corona del imperio británico en este último medio siglo
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