¿Es un sinónimo de drogodependencia?
¿Considerarías irresponsable o culpable a una persona que padece de un tipo de cáncer, o una insuficiencia cardíaca?
Hablemos un poco sobre esto
Es imprescindible iniciar dejando en claro que actualmente siguen existiendo diferentes enfoques y conceptos de lo que realmente significa la adicción, esto bajo la perspectiva de variados investigadores. Incluso, la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) suele variar su forma de conceptualizarla.
Otro aspecto importante, es que al profundizar en los estudios podemos conseguir posturas bien críticas en cuanto a la utilización del término “adicción”, ya que algunos sostienen que está impregnado de una fuerte estigmatización social.
Independientemente de lo expuesto, en lo que sí coinciden ellos es que la adicción es una enfermedad física y psicoemocional que deja como consecuencia una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación.
Además de ser progresiva y mortal, ocasiona en las personas un descontrol en sus impulsos, distorsión de la personalidad, alteraciones bioquímicas y la clásica negación de la misma, esto ante las evidentes consecuencias que genera en variadas áreas de funcionamiento del paciente y su entorno, especialmente en su familia.
Esto sin dejar de lado los factores de mayor vulnerabilidad para adquirirla: biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.
Actualmente se considera que los principales tipos de adicciones que siguen cobrando vidas en nuestra acelerada sociedad son las siguientes: adicciones de conducta (juego, sexo, relaciones, internet, otras), adicciones de ingestión química (sedantes, alcohol y drogas ilegales como la cocaína y la marihuana) y adicciones por ingestión de comida (tal es el caso de las personas que abusan del consumo de alimentos compulsivamente).
Por ahora tomaremos la clasificación de drogas. Siendo así, ¿cuál es el límite? ¿Cómo sabemos que estamos ante una adicción de drogas?
En la actualidad se reconocen tres tipos de consumos y estos pueden manejarse bajo términos diferentes según sea el autor y el enfoque, sin embargo, su conceptualización sigue siendo la misma. Por esta razón en este artículo utilizaremos los siguientes: uso, abuso y compulsión.
El uso está relacionado al consumo recreativo y ocasional. No representando ningún tipo de consecuencias en la persona ni en su entorno, mientras que el abuso sí implica lo anterior, sumándole la dificultad o imposibilidad de detener el consumo. Por último, tenemos el compulsivo, que incluye el abuso e implica el característico síndrome de abstinencia y tolerancia, trayendo consigo múltiples problemas de salud, legales, financieros y hasta la muerte.
Dicho esto, ¿podríamos considerar la adicción como un sinónimo de drogodependencia? Por supuesto que no, ya que una persona que tiene dependencia hacia las drogas (sean estas legales o ilegales) está químicamente intoxicada solo bajo esta clasificación.
Incluso, al someterlos a un tratamiento de desintoxicación asistida (por lo general de 21 días a 30 días) pueden superar la dependencia física hacia estas pero aun así seguir presentando la condición de adicción. ¿Es posible abandonar una droga, desintoxicarse y aun así continuar presentando el problema adictivo? La respuesta es sí, recuperación no significa cura. ¿Por qué?
Sucede que la adicción a las drogas es una enfermedad crónica como cualquier otra, ya que después de suspender su abuso deja vulnerabilidades neuroquímicas que permanecen en el tiempo, y si alguna persona después de recuperada volviera a recaer (bajo el enfoque de drogodependencia ésta es considerada una etapa de cambio y recuperación), existen altas probabilidades que experimente una sobredosis, dado que su organismo se ha deshabituado al patrón de abuso inicial y al ingresar nuevamente la misma cantidad de droga con la que se enfermó, o más, la capacidad de respuesta fisiológica del cuerpo puede no ser proporcional a la demanda (droga).
En consecuencia, pudieran presentarse emergencias médicas e incluso la muerte, esto sin añadir las variables afectivas, emocionales y de personalidad que en algunos casos seguirán siendo un desafío aún después de abandonar el consumo.
Finalmente, si padeces de esta enfermedad o estás siendo afectado (a) por ella, quiero que sepas que existe variadas alternativas de tratamiento así como también muy buenos profesionales dispuestos a ayudarte.
En un próximo artículo hablaremos sobre los esfuerzos coordinados que distintos profesionales estamos llevando a cabo en nuestro estado Lara (lamentablemente una parte de nuestro actual sistema de salud sigue enfocando la adicción como un comportamiento irresponsable) para así brindar una respuesta sanitaria, efectiva y oportuna ante esta problemática.
Por otra parte, hago un llamado a la reflexión a todas aquellas personas que aún desconocen la naturaleza de esta terrible enfermedad: informen sobre ella y, al mismo tiempo, les exhorto a lo siguiente: “somos responsables de la prevención del uso y abuso de drogas así como también de su intervención, sin excepción”.
Por supuesto que no podemos dejar de lado la responsabilidad que tienen las personas que padecen esta enfermedad en solicitar la ayuda, además de buscar un tratamiento con la inmediatez que el caso amerita.
Por último, ¿considerarías irresponsable a una persona que debe consumir una droga porque al no hacerlo tiene que enfrentar variados y severos síntomas, por ejemplo: convulsiones; y encima de eso, ser señalado, etiquetado y rechazado por una parte de la sociedad y por un actual sistema de salud que frecuentemente invalida su sufrimiento?
Si tu respuesta es no, entonces ya eres parte de la solución.
Psic. Luis Oropeza
FVP: 8482
@psicopracticala