Anderson Piña Pereira.- En Venezuela el irrespeto por los espacios naturales ya es algo cotidiano. A diario observamos cómo las zonas que están en Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), son vulneradas por individuos ante la mirada de las autoridades y entes del Estado, que parecen simular que todo marcha bien, a pesar de las constantes denuncias y señalamientos que han fijado factores de la oposición.
Un caso puntual es lo que ocurre al sur-oeste de Barquisimeto, exactamente en el Valle del Río Turbio, considerado un pulmón vegetal para la metrópolis larense, pero donde la extracción de granzón y arena con maquinaria pesada es algo que continúa a la vista de propios y extraños.
Pero que ahora también se le suma la creación de una arenera que opera en un espacio prohibido y a la vista de todos los que transitan por la Av. Ribereña desde la altura de El Garabatal hasta la calle 38.
Alarmante
Para el diputado de la Asamblea Nacional Daniel Antequera la situación actual del Valle es alarmante. “Ver los trabajos de extracción de granzón es preocupante, porque van generando unos efectos muy silenciosos, pero muy peligrosos a la vez”.
Aunque señala que es necesario ponerle la lupa a la arenera que se encuentra en el territorio que está bajo la (ABRAE), porque incumple con todos los parámetros prescriptos en esa zona de la ciudad. “Hicieron la construcción para la instalación de esa arenera, cosa que es totalmente ilegal porque está en un territorio protegido. Al igual que el parque Mundo de los Niños, que también se encuentra en zona prohibida, debido a que no hay providencia que haya generado que la ABRAE sea un territorio sin restricción.
Otro de los aspectos que resalta el parlamentario, es que en el Valle se está cometiendo una serie de delitos, que son “claros y evidentes, como los hechos de “corrupción”, que a juicio de Antequera no son desde ahora, si no desde hace unos cinco años atrás. Donde el ecocidio se incrementó de una manera anárquica, a pesar de las reiteradas denuncias.
El diputado cuenta que hasta ahora desconocen si esa empresa de procesamiento de arena está tributando al estado Lara, “cosa que no debe ser, como lo creemos en su totalidad, y de ser así se estaría cometiendo otro caso de corrupción”.
Además lamenta que el Ministerio del Ambiente hasta la fecha no se haya pronunciado o fijado una posición. “A pesar de que en el año 2017 asistimos al Ministerio del Ambiente, para que se atendiera el caso”.
Reitera que su petición sigue siendo que el Ministerio del Ambiente aclare “¿a quién le da los permisos? y ¿cuál es el límite de extracción?, pero a su vez preguntarle por qué si esos son un área protegida, por qué el Ministerio no ha salvaguardado con la Guardia Ambiental de la GNB, esos espacios”.
Gestión anterior de Falcón conocía el caso
Antequera enfatiza que desde la gestión de Henri Falcón, como gobernador, lo han venido denunciando, que esas actividades son una de las pocas que aún generan tributos, pero que en la actualidad no lo cancelan, los cuales podrían generar ingresos para el Estado.
“En la gestión anterior de la Gobernación no fuimos escuchados. Y lo decimos ahorita y con propiedad el tema de la evasión de impuesto también que es corrupción”.
Igualmente recuerda que hace dos años atrás, Jhonny Colmenares, presidente del Consejo Legislativo del Estado Lara (CLEL), realizó unos trabajos innecesarios en el cauce del río, pero que no impidieron la paralización del granzón.
Hay tentáculos del PSUV
Antequera explica que dentro de la extracción de granzón y arena hay personas con tentáculos y representaciones dentro del PSUV. Además se le suma la participación y colaboración de vehículos del Estado como son los “camiones amarillos”, que prestan servicio a privados a través de Corpologística, que ni siquiera sus vehículos son guardados en los patios del Ministerio de Transporte, sino que son guardados en la Zona Industrial de Palavecino.
Consecuencias silenciosas
El parlamentario sostiene que la preocupación no es nada más por los espacios del Valle o el río, sino que hay cosas que dependen para que el Valle pueda estar estable y en condiciones que permitan su permanencia en el tiempo.
Aunque Antequera alega que los daños a futuros podrían afectar la Av. Ribereña, así como también a los pozos de agua, de los que se alimentan algunos sectores de Barquisimeto y Palavecino y hasta los propios puentes, que se ha venido alertando en cada investigación.
Una investigación detenida por ser minoría
Filiberto Peña, exdiputado por el (CLEL) y dirigente político de Acción Democrática (AD), al ser consultado sobre la extracción de granzón y arena en el Valle, afirma que ser minoría para ese entonces en el ente legislativo regional fue la “piedra en el zapato”.
Peña recuerda que era la misma empresa de transporte, que para su momento impedía que se realizará una investigación más exhaustiva.
Aunque también aclara que si las autoridades o el Ministerio del Ambiente hubiesen tenido interés ya hubiesen hecho algo para determinar los responsables de la extracción.
Luis Jonás Reyes conoce de la extracción
Peña relata que para ese entonces Luis Jonás Reyes era diputado al CLEL y en varias oportunidades presidente del organismo.
“Por eso yo le hago un llamado a quien dirige el municipio Iribarren, como legislador y su experiencia en este caso, que diga dónde están llevando la arena y el granzón”.
También cuenta que varias veces se le notificó a Henri Falcón, gobernador de esa época, sobre el ecocidio en el Valle del Río Turbio, y el mismo Falcón aseguró que iba a tomar cartas en el asunto, pero luego el caso quedó engavetado.
“Nosotros como diputados varias veces asistimos al Valle y perseguimos a los camiones, para determinar hacia dónde se llevaban la arena y el granzón, y nuestra respuesta fue que iban hacia Palavecino y Río Claro”.
Aunque Peña no descarta que esa arena sea llevada hacia las isla del Caribe, actividad que vienen haciendo por años. Mientras el Ministerio del Ambiente no ofrece explicaciones.
Acabado el Valle del Turbio
Lorenzo Monasterio, presidente de Un Nuevo Tiempo en Lara, también coincide con Antequera y Peña sobre la explotación en el Valle del Turbio.
Además asegura lo que ocurre en la mencionada zona, donde se observa maquinaria pesada para lucrar los bolsillos de particulares del oficialismo.
Menciona que el ecocidio en el Valle acabó con la producción de la caña de azúcar, que perjudicó a la Central Azucarera Río Turbio, la cual también se vio afectada. Además se le debe sumar la construcción de urbanismo en una zona protegida, pero sin control ambiental.