“Este gobierno, y el fiscal general de la república, que para el caso es lo mismo, todavía no han dicho qué fue lo que pasó en PDVSA, y mucho menos en dónde está Tarek El Aissami, que, por cierto, es quien primero debiera responderle al país por toda esta madeja de desbandada corruptiva”.
Tal manifestación provino del profesor Miguel Reyes, un barquisimetano que se residenció desde hace poco más de 30 años en la ciudad de San Cristóbal, Estado Táchira, en donde se desempeña actualmente como secretario general seccional de Acción Democrática (AD-Gutiérrez), y en donde también es diputado al Consejo Legislativo de esa entidad federal.
Se refería Reyes a lo que actualmente se halla en el tapete político del país, como lo es el milmillonario escándalo de corrupción destapado por el propio gobierno nacional en la gigantesca empresa petrolera del país, y a Tarek El Aissami, ex ministro de Petróleos de Venezuela y, a la vez, ex presidente de PDVSA.
Como antes se indicó, Reyes es nativo de la capital larense, en donde residen varios de sus familiares más cercanos, a quienes vino a visitar aprovechando precisamente el asueto de Semana Santa.
Es él un profesor de física y matemáticas, graduado en la Escuela Técnica Industrial “Eleazar López Contreras”, de la capital tachirense, en la que fue posteriormente docente, y de donde, además, se jubiló.
Allí, contrajo matrimonio con una dama tachirense, y ésa es la razón fundamental de su ya larga residencia en esa entidad federal.
Al momento de sus declaraciones, por cierto, le acompañaba el abogado Roberto Sánchez, quien, como se sabe, es también barquisimetano, y el que, tras haberse desempeñado como secretario general de la tolda blanca en el Estado Lara, ocupa ahora la primera vicepresidencia nacional de esa organización política.
Apenas un botón
De entrada, quiso destacar Reyes que la cantidad estimada de “esta última olla de corrupción destapada”, que supuestamente alcanza a unos 3.000 millones de dólares, “es apenas un botón, una muestra, comparada con los 14 mil, o 20 mil, o qué sé yo cuántos millones, también de dólares, que se llevó Rafael Ramírez”.
Recordó que éste fue también ministro de Petróleos y presidente de PDVSA durante 11 años con Hugo Chávez, y dos años con Nicolás Maduro; “¿y no sabían que estaba robando?”
–Y resulta que ahora Ramírez anda dándose la gran vida en el exterior, mientras millones de venezolanos pasan cada día más penurias y más calamidades para poder medio subsistir.
Reiteró luego el dirigente adeísta su parecer de que, ”por lo que se ve, en este último entramado, a pesar de que, según el fiscal general de la república, Tarek William Saab, hay ya 51 detenidos, parece que no son todos los que están, ni están todos los que son”.
–Y, si no, ¿En dónde se halla entonces Tarek El Aissami, que es quien primero debiera estar dando la cara, y es el primero que tenía que ser investigado?, Sin embargo, pareciera que ya como que ha sido absuelto.
¿Qué fue lo que pasó en PDVSA?
–Pero es que también los venezolanos –prosiguió– tenemos derecho a saber qué fue exactamente lo que pasó en PDVSA: Cómo hicieron para robarse tanta plata, cuáles fueron los mecanismos que utilizaron, de qué y de quiénes se valían, y qué destino se le va a dar a los bienes recuperados, sean avionetas, helicópteros, apartamentos, edificios, lujosas camionetas y automóviles, y hasta dinero en efectivo.
–Es decir, han tratado de aparentar que mantienen una lucha frontal contra la corrupción, pero, a final de cuentas, son muchas las interrogantes que no han contestado, y sí, más bien, muchas las dudas que han sembrado, y que siguen sembrando.
–Porque, de paso, los venezolanos tenemos también pleno derecho a preguntarnos: ¿Y los mecanismos de control que tiene el país? ¿Dónde estaban, que no se dieron cuenta de tamaño desaguisado? E incluso, los mismos mecanismos de control de PDVSA, ¿Dónde estaban…?
–Pero es que aquí en Venezuela está ocurriendo algo muy cómico, con este supuesto “proceso revolucionario”, por cierto, calcado del modelo cubano, mediante el cual la clase política gobernante consume agua natural importada, se moviliza en los mejores vehículos tanto aéreos como terrestres, y vive en los condominios más exquisitos del país.
Un gran fariseísmo
–Pero, además—prosiguió nuestro interlocutor–, estos “revolucionarios” desayunan, almuerzan y cenan en los mejores restaurantes del país; se visten con la ropa importada de mejor calidad, y, de paso, corrompen a diestra y siniestra, valiéndose de su poder político y económico, a humildes venezolanas y venezolanos. Un tremendo fariseísmo, pues.
–Y esto último ocurre porque el actual modelo político en Venezuela es corrupto y corruptor, y ellos lo saben, y, por supuesto, lo ponen en práctica.
–Y, para muestra, nada menos que la granada que hace unas dos semanas les estalló en sus propias manos, con la espantosa corrupción de PDVSA, de la que, repito, el actor principal, Tarek El Aissami, nadie sabe en dónde está ni por qué no está siendo investigado acerca de esta bochornosa y repudiable trama de corrupción.
AD y la candidatura presidencial
¿Su partido irá con candidato propio a la venidera elección presidencial del 2024?, le preguntamos, y contestó:
–Mira: Nosotros seguimos siendo parte de la denominada Alianza Democrática, integrada por 22 partidos y movimientos políticos, que ya participó en las pasadas elecciones parlamentarias y de gobernadores del 21 de noviembre del año 2021.
–Pues bien, nosotros –quiero decir, AD– tenemos prevista para las próximas semanas la realización de un Comité Directivo Nacional del partido, en donde se escogerá al que nosotros seleccionemos como nuestro abanderado político del momento.
–Pero –aclaró— ese nombre lo vamos a presentar a consideración de la Alianza Democrática, para que sea el candidato definitivo de la misma.
¿Y cómo escogerá la Alianza Democrática a ese definitivo candidato presidencial?
–Bueno, ahí es donde está el detalle. Eso pudiera ser –pienso yo–, bien mediante unas elecciones primarias, o bien mediante un consenso. Es decir, será la propia Alianza la que decidirá el mecanismo para la escogencia del candidato presidencial definitivo de nuestra coalición política opositora.
Quiso en todo caso Reyes recordar que su organización política tiene un aval de 81 años de lucha “por el país”, que, “resumidamente, pueden traducirse en 33.000 centros ambulatorios y 12.000 hospitales de los que hemos dotado a Venezuela, así como de escuelas, liceos, politécnicos y universidades.
–Asimismo, le llevamos electricidad y agua potable al 98 por ciento de los venezolanos, pero, en la actualidad, con esta “revolución”, todas esas cifras se han invertido, porque éstos que gobiernan lo que han hecho es destruir al país.
La derrota en el Táchira
¿A qué considera usted que se debió la derrota en esas elecciones del 2021 de la gobernadora del Estado Táchira, Laidy Gómez, quien aparentemente desarrolló una gestión positiva y, además, tenía una buena imagen?
–Mira: EL culpable de la derrota de la compañera Laidy Gómez es Henry Ramos Allup. No hay otro. Fíjate tú: La compañera Gómez perdió ante Freddy Bernal por apenas 2.800 votos, pero el jefe de esos adecos que se fueron del partido logró que el llamado G-4 lanzara allá la candidatura a gobernador de un ex copeyano al que nadie conocía, un señor llamado Fernando Andrade.
–Bueno, este señor –prosiguió– obtuvo 57.000 votos. De manera que saque usted sus propias conclusiones.
La situación fronteriza
Valga señalar que también habló Reyes, y con bastante conocimiento de causa, acerca de la tan cacareada apertura fronteriza del Táchira con Colombia, acerca de lo cual se extendió en consideraciones sobre la materia.
No obstante, en lo que pudiéramos llamar un resumen del tema, recordó que la frontera del Táchira con Colombia llegó a ser, en algún momento, la más viva y la más dinámica de América latina.
–¿Por qué cayó y por qué no se ha levantado?, se preguntó, y él mismo contestó:
–Pues porque las industrias venezolanas están trabajando apenas al cinco, al diez o al quince por ciento de su capacidad productiva.
–De paso, cuando Hugo Chávez llegó al poder, Venezuela le vendía a Colombia 150 kilovatios de electricidad desde el Uribante-Caparo, pero resulta que, ahora, dependemos eléctricamente es de lo que ellos, los colombianos, nos manden y, de paso, no hay reglas claras de juego para el intercambio comercial con Colombia.
–Así, todo ello, y muchas otras cosas, hacen que la crisis fronteriza, en lugar de avanzar positivamente, se profundice cada vez más.
Reinaldo Gómez