El Heat tuvo las oportunidades. Simplemente no logró meter el balón en el aro. Fue una de esas noches aciagas en el disparo para Miami, que cayó el jueves 1 de junio con marcador de 104-93 ante los Nuggets de Denver, en el primer partido de las Finales de la NBA.
“Cuando analizas esto durante los partidos, todos los disparos parecen correctos. No quiero decir que no podemos hacer esos disparos, pero tenemos que llegar más a la cesta”, dijo Jimmy Butler, quien terminó con 13 puntos. “En general, tenemos que atacar más el aro, yo incluido”.
Las estadísticas ilustran la ineficacia: Max Strus erró sus 10 tiros, Duncan Robinson acertó de 6-1. Incluso Caleb Martin, quien había dado una exhibición refulgente en la final de la Conferencia Este, estuvo desatinado. Embocó de 7-1.
Esto distó de ser una cátedra de disparo por parte del Heat. Acertó una oleada de disparos en el cuarto periodo para mostrar lo que puede hacer y maquillar un poco las cifras (40,6% de disparos de campo atinados).
El equipo tampoco visitó con frecuencia la línea de tiros libres. Intentó dos, convertidos por Haywood Highsmith.
En una liga que no suele perdonar las fallas, varios jugadores del Heat tuvieron problemas para lograr un enceste en tres cuartos. Tal vez había un poco de fatiga después de una final atroz de la Conferencia Este ante los Celtics de Boston.
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