Nabila Fernández es una venezolana radicada en París que ha hecho del viajar no solo un placer, también un sistema de trabajo y hasta un arte. ¿O es que diseñar el viaje perfecto, no lo es?
© Ivar Colmenares Trujillo / Fotos: Cortesía Nabila Fernández
Nabila Fernández es una venezolana radicada en Francia desde hace ocho años. A esta comunicadora de la UCAB la enamoró el francés y, después de un viaje algo accidentado por Turquía, también lo que hoy en día disfruta y trabaja: el trip planning.
Investigó muchísimo para su viaje, pero no solo se dio cuenta de que no había suficiente información, sino de que ciertos detalles se le “escaparon” y terminó descubriéndolos “a la fuerza” durante su travesía.
Decidió entonces crear Punto de Partidas, un sitio de encuentro en el ciberespacio donde comparte información y consejos con una comunidad global y, aunque lo sigue considerando y manejando como un hobbie, ya toma forma de un valioso servicio para la organización y preparación de ese viaje inolvidable. De hecho, cuenta que ha tenido la oportunidad de trabajar con agencias de turismo de países como Islandia, Vietnam, Malta y recientemente Azores.
Desde la capital de la luz y recién llegada de las islas Azores, comparte con Estancia, la revista, un poco de ese mundo que puede estar más cerca de la realidad que de los sueños.
Al conocer otros ‘mundos’, se puede cambiar como ser humano?
—Viajar te abre la mente, así de sencillo. El simple hecho de entrar en contacto con otra cultura hace que cambie tu perspectiva de las cosas. También hace que puedas empezar a darle una lectura diferente a lo que pasa a tu alrededor y que veas las cosas desde otro punto de vista.
¿Cuál ha sido hasta ahora el o los destinos que más te han marcado, y por qué?
—Me cuesta escoger un solo destino, pero si tuviera que elegir me inclino por Japón porque su cultura es completamente diferente a la nuestra y, personalmente, me hizo cambiar mi visión sobre ciertas cosas como la concepción que tienen del bien colectivo. No quiero decir que sea la sociedad perfecta, pero buscan que todos los individuos se sientan bien y estén bien colectivamente. Se trata de hacer el bien para recibir lo mismo a cambio.
¿Crees que realmente es un arte la organización de viajes?
—¡Jajajajaja! bueno, no sé si sea un arte pero sí es algo que lleva mucho tiempo y que a medida que se viaja, se perfecciona. Para poder evitar malas experiencias hay que investigar, en serio. En puntodepartidas.com tengo una sección en la que propongo esta ayuda a quien quiera viajar aprovechando al máximo su presupuesto y su tiempo. El viajero se lleva un documento con información y recomendaciones que van desde cómo moverse en la ciudad hasta dónde comer.
Cuéntanos una anécdota inolvidable vivida hasta ahora en la prestación de ese servicio
—Un día me contactó una chica de Costa Rica para que la ayudara con la organización de su viaje. Era su primer viaje al extranjero y llevaba dos años ahorrando para hacerlo. Su historia me tocó muchísimo y me encantó poder ayudarla.
¿Qué es lo más complicado de organizar todo un plan de viaje?
No hay una parte demasiado complicada porque trato de obtener la mayor cantidad de detalles sobre el viaje de mi cliente. Una vez hecho el contacto detallamos los objetivos a través de una videoconferencia. La parte más larga es la organización del itinerario porque siempre trato de cuadrarlo en un sentido lógico para distribuir el tiempo y los recursos de la mejor manera.
¿Cuáles consideras que son los tips más útiles y prácticos a la hora de armar el ‘viaje más ansiado’?
¡Investigar todo lo que se pueda! Lo más importante es saber con anticipación cómo desplazarse en el lugar de destino, el resto se puede ir resolviendo en el camino. Un punto súper importante para optimizar el presupuesto es viajar fuera de temporada alta y ser flexible en las fechas.
¿La cifra humanamente mínima para un viaje?
Creo que tener como mínimo 3000$ por persona para un viaje de dos semanas, es un buen presupuesto. Pero si quieres ir a una sola ciudad durante dos semanas ese presupuesto puede ser de 2000$ o menos. Dependiendo del tipo de viajero podría ser algo así:
Mochilero (1500$-2000$) Medio (2000$-3000$) Lujo (3000$-5000$)
¿Realmente hay maneras de viajar gratis?
Bueno, el transporte no es gratis, pero si reservas con tiempo puedes conseguir cosas a bajo costo. La clave de todo está en la organización y la flexibilidad en las fechas. Ahora bien, hay países en los que consigues actividades gratis ciertos días de la semana y cosas por el estilo.
Hablando de lo gratis y lo económico, cuéntanos sobre opciones módicas de hospedaje.
Nabila explica que hay páginas web dedicadas a ofrecer esta información, y opciones como Airbnb, sobre todo cuando se viaja en grupo, además de Couchsurfing, que no es alojamiento gratis -aclara- sino una posibilidad de acercarse a la cultura del sitio que se visita. «Desafortunadamente el concepto se ha ido tergiversando y es hora de que lo veamos como lo que es», destaca.
¿Pasas todo el año viajando o has establecido épocas específicas para hacerlo?
2018 fue el año en el que más viajé. Lo hice cinco veces en el año, pero en este momento me estoy replanteando eso. Quiero hacer menos viajes largos al año, es decir, menos viajes en los que tenga que usar avión porque la contaminación que esto genera es enorme. Usualmente viajo en temporada baja para evitar ser parte del problema del turismo de masas (overtourism) y también evito lugares demasiado concurridos donde no sienta que vaya a generar un impacto positivo.
Los destinos visitados a la fecha
En total he visitado 17 países hasta el momento: Francia, Italia, España, Portugal, Dinamarca, Holanda, Alemania, Reino Unido, Japón, Vietnam, Islandia, Malta, EEUU, Colombia, Canadá, Emiratos Árabes y Bahamas.
Hasta ahora, ¿cuál es el destino más barato que has confirmado, y también el más caro?
Aunque deja por sentado que hay mucha relatividad en eso de comparar costes, Nabila considera que es Islandia el país más caro en el que ha estado. «La comida en el supermercado lowcost es cara y una comida en un restaurante no baja de los 30€ por persona».
¿El idioma es una barrera?
Al que le de miedo viajar por el idioma, le digo que igual viaje, ¡así sea con miedo! Vivimos en un mundo tan globalizado que casi siempre encontramos a alguien que hable nuestro idioma. Al final el mejor aliado es google translator y las señas, jajajajaja.
¿Cuidamos el planeta?
A través de tus viajes, has podido confirmar conciencia ambientalista en el mundo?
Si, siento que cada vez se crea más consciencia. A diario veo gente que reduce su consumo de plástico de un solo uso para privilegiar otras formas de consumo. El reciclaje está cada vez más presente en la mayoría de los países y creo que si estamos avanzando en este tema.
Así como hay overtourism, ¿hay algún fenómeno referido al maltrato dado al espacio e instalaciones turísticas?
Por supuesto, las consecuencias del turismo de masas se reflejan en el impacto medioambiental. Al haber más gente, los niveles de basura aumentan, y en algunas ocasiones los sitios no tienen la capacidad para absorberla.
Para no contribuir con ese impacto, Nabila recomienda acciones sencillas pero que marcan la diferencia, como llevar una bolsa de tela para ir al supermercado y así evitar comprar más bolsas de plástico, comprar en mercados locales donde las frutas y verduras no están envueltas en plástico.
—Todos esos pequeños cambios suman. No se trata de hacerlo todo y ser un ciudadano ejemplar porque es complicado, pero sí de actuar para ir mejorando ciertas conductas.
El problema del overtourism.
El overtourism es el término en inglés para designar el turismo de masas. Es la concentración de una gran cantidad de personas en un mismo sitio al mismo tiempo, lo que trae consecuencias negativas para el lugar visitado, tanto al medio ambiente como a sus habitantes.
Por ejemplo, cuenta Nabila que hay lugares donde la economía local ‘muere’ durante la temporada baja y es una lástima porque eso quiere decir que mucha gente se queda sin trabajo.
Mucha gente cree que solo vale la pena viajar en temporada alta, pero no es así, y ella está tratando de desmontar esa arraigada convicción.