Ucrania y Rusia se acusaron mutuamente el miércoles de atacar una de las plantas nucleares más grandes del mundo, la cual se localiza en el sureste ucraniano y está ocupada por soldados rusos. Sin embargo, ninguna de las dos partes mostró evidencia para respaldar sus aseveraciones.
Rusia ocupó la Planta Nuclear de Zaporiyia en las primeras etapas de la guerra. El último año, Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente en repetidas ocasiones de bombardear la instalación. La agencia nuclear de la ONU ha expresado alarma sobre la posibilidad de una catástrofe radiactiva como la de Chernóbil en 1986.
Citando reportes de inteligencia, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que las tropas rusas colocaron “objetos que parecían explosivos en el techo de varias unidades de energía” en la planta. Los objetos podrían utilizarse para “simular” un ataque, agregó, señalando que podría tratarse de un falso ataque.
Un comunicado del Estado Mayor de las fuerzas armadas ucranianas señaló que se colocaron “objetos ajenos” en el techo exterior de la tercera y cuarta unidad de poder de la planta.
“Su detonación no debería dañar las unidades de energía, pero podría crear una imagen de cañoneos desde Ucrania”, señala el comunicado.
The Associated Press revisó imágenes satelitales de alta resolución de la planta tomadas el lunes y el miércoles. Las fotos no mostraron cambios visibles en los techos de las seis cúpulas de contención de hormigón que cubren los reactores de la planta o en los edificios cercanos.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tiene funcionarios en la planta, que aunque está bajo control ruso es operada por personal ucraniano. El director del OIEA, Rafael Mariano Grossi, dijo que la inspección más reciente de la agencia no halló actividades de minado, pero “seguimos extremadamente alerta”.
“Como saben hay muchos combates, estuve ahí hace algunas semanas, y hay contacto muy cerca de la planta, por eso no podemos relajarnos”, señaló Grossi.
En Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, planteó el espectro de una provocación potencialmente “catastrófica” por parte del ejército ucraniano en la planta nuclear, que es la más grande de Europa, pero tiene sus seis reactores apagados.
“La situación es bastante tensa. Existe una gran amenaza de sabotaje por parte del régimen de Kiev, que puede tener consecuencias catastróficas”, dijo Peskov en respuesta a la pregunta de un periodista. También afirmó que el Kremlin está tomando “todas las medidas” para contrarrestar la supuesta amenaza ucraniana.
Sus comentarios se produjeron después de que Renat Karchaa, asesor de la empresa nuclear estatal rusa Rosenergoatom, dijo que “no había base” para las afirmaciones de Zelenskyy de un complot para simular una explosión. El líder ucraniano hizo la acusación en su discurso de video nocturno el martes.
Ucrania ha advertido durante meses sobre los planes rusos para provocar una liberación deliberada de radiación de la planta, citando informes de inteligencia internos. Funcionarios ucranianos han alegado que Moscú podría intentar sabotear la planta para descarrilar la contraofensiva en curso de Kiev en la región circundante de Zaporiyia.
Grossi dijo que estaba al tanto de las afirmaciones de Kiev y Moscú y reiteró que “las plantas de energía nuclear nunca, bajo ninguna circunstancia, deben ser atacadas”.
“Una planta de energía nuclear no debe usarse como base militar”, señaló.
AP