(EFE).- La Justicia de Ecuador ordenó este miércoles abrir juicio a un supuesto sacerdote acusado de presuntamente de violar a su hija de 10 años, que quedó embarazada y a la que posteriormente llevó a Perú, según informó la Fiscalía General del Estado.
El Ministerio Público advirtió que el acusado, identificado como Juventino de Jesús E., de 57 años, se enfrenta a una posible condena de hasta 22 años de cárcel por los hechos ocurridos presuntamente en 2018.
El presunto agresor fue detenido el 30 de abril en la ciudad de Huaquillas, situada en la frontera de Ecuador con Perú, tras una colaboración policial entre ambos países para cumplir una orden judicial de captura por denuncias de al menos cinco violaciones cometidas desde 2011.
Según reportó la Policía ecuatoriana en el momento de la detención, el presunto violador aducía ser religioso, sacerdote católico y ortodoxo para captar a niñas y adolescentes de 6 a 15 años que asistían a una iglesia ubicada en el sector de la Villaflora, en el sur de Quito.
Tras crear una relación de afectividad con las víctimas, las obligaba mediante engaños, coacción y fuerza a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad.
Entre las víctimas de esas violaciones está la propia hija biológica del supuesto sacerdote, de acuerdo a las pruebas de ADN realizadas y al testimonio anticipado de la niña, que ahora tiene 14 años y su hija 4.
Según la investigación fiscal, debido a su situación económica, la madre de la niña la dio en adopción al procesado mediante una declaración juramentada falsificada, de la que se valió Juventino de Jesús E. para darle sus apellidos, cuando la pequeña tenía 10 años.
Los informes policiales tras la detención señalaron que el acusado había ingresado con la menor a Perú en 2019, donde acudió con ella a un hospital.
En el centro médico él se identificó como su padre y afirmó que su hija habría sido violada por un adolescente y que, producto de esto, había quedado embarazada.
Cuando el personal sanitario le solicitó documentación, el hombre adujo haber perdido los documentos y abandonó a la niña y a la bebé.
La víctima y su hija fueron rescatadas e ingresadas en una fundación en Perú y posteriormente trasladadas a Ecuador, donde fueron inscritas primero en un sistema de protección.