Un grupo de trabajadores que fueron despedidos “injusta y arbitrariamente” del Instituto Municipal de Aseo Urbano y Domiciliario de Barquisimeto (Imaubar), organismo dependiente de la Alcaldía del municipio Iribarren, solicitó su “debido reenganche”, por cuanto “nos protege la inamovilidad laboral”.
Concretamente, estuvieron en nuestras oficinas de redacción Carlos Salom, con 17 años de servicio; Rosa Mujica, con 16; Yamileth Camacaro, con 20; Jonathan Marín, con 6; y Taylor Medina y Marylín Mujica, con un año cada uno.
Explicaron que, hasta donde ellos tenían conocimiento, eran –o son– trabajadores fijos, “porque así nos lo manifestó el anterior presidente del Imaubar, Frank Vásquez, y cobrábamos por nómina en el Banco de Venezuela”.
–Pero resulta que, el pasado 29 de diciembre, les pasaron una comunicación en la cual, en primer lugar, nos salen con que nosotros somos trabajadores contratados, y, en segundo lugar, nos dicen, “con muy hermosas palabras”, que simplemente estamos despedidos.
–Por tal razón –apuntaron–, estamos haciendo pública la denuncia, para hacer conocer de esta grave situación que nos afecta al ciudadano alcalde del municipio iribarren, Luis Jonás Reye Flores, del que creemos no sabe nada de esto.
Por cierto que manifestaron los declarantes que “venimos en este momento de la Inspectoría del Trabajo, en donde nos atendieron y nos dijeron que acudiéramos este lunes 8 de enero por la respuesta, que esperamos sea positiva”.
Denuncias
Aprovecharon también para, por otra parte, denunciar que toda esta situación se está viviendo en el Imaubar luego de la designación del nuevo presidente, Janer Antonio Romero Hermoso, “quien ha cometido allí toda suerte de arbitrariedades”.
–Incluso, ese mismo día, fueron despedidos otros 10 compañeros de trabajo, que no pudieron venir con nosotros.
–Por cierto, este señor Romero Hermoso tiene metidos en Imaubar a un montón de familiares, directos e indirectos, cuestión que está prohibida.
Apuntaron igualmente que a ellos les estuvieron pagando mensualmente un bono de 100 dólares, pero hasta julio del año pasado, “y, por cierto, desde ahí, comenzaron entonces los problemas”.
También denunciaron situaciones como que “allí ponen a los trabajadores a limpiar las calles muchas veces hasta el amanecer; no les dotan de uniformes, y, de paso, en la mayoría de los casos, ellos tienen que hacer en la misma calle sus necesidades fisiológicas, y, por vía, de excepción, en algún baño privado cuando consiguen un alma caritativa que se los preste”.
Finalmente, denunciaron el caso “de nuestra compañera de trabajo Joanna Durán, quien, ante el estrés que empezó a vivir al saber que iba a ser despedida, le sobrevino un paro respiratorio que finalmente le causó la muerte”.