Enmanuel De Sousa- Un terrible hallazgo conmocionó el sector Pueblo Nuevo de Cabudare este jueves. Un septuagenario fue encontrado por su hijo amordazado y en estado de descomposición dentro de su residencia después de que presuntamente fuera víctima de un robo.
La víctima fue identificada como Rafael Alfonso Terán Padua (74) y aparentemente habría fallecido debido a un infarto que sufrió en la silla de mimbre donde fue inmovilizado después de recibir varios golpes en el pecho y en la cabeza.
Según la versión contada por su hijo, habían pasado varios días que no veía a su padre y el jueves a las 9:00 de la mañana decidió ir a visitarlo, cuando llegó al hogar, el lugar se encontraba totalmente cerrado, a oscuras y nadie respondía, pero el bastón que usaba su progenitor estaba en el patio, eso le indicaba que las cosas andaban mal, que no podía haber salido sin él.
El hombre se vio en la obligación de saltar una reja de otra casa después de pedir permiso a sus vecinos, ingresó y empezó a sentir un olor extraño, forzó la puerta trasera y entró, caminó unos cuantos metros hacia el cuarto de su padre pero no se encontraba ahí, el septuagenario estaba en el cuarto de visita, de la peor forma que pudo imaginar.
El hijo en desesperación comenzó a llamar a familiares, vecinos y poco después se dirigió al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) donde recibieron su denuncia, los detectives conformaron una comisión policial y se trasladaron inmediatamente al lugar, llegaron a las 4:00 de la tarde.
Se conoció que una vez analizada la residencia las investigaciones apuntarían a un móvil de robo, una caja de herramientas, una cocina eléctrica, la bomba de agua, el teléfono móvil y otras pertenecientes fueron hurtadas, en la cama de la víctima estaba un machete, que se presume que usaron para amenazarlo.
Fuentes cercanas al caso indicaron que el sujeto de 74 años tenía un estado de descomposición muy cercanas a las 48 horas.
La noche del miércoles el sector no tenía iluminación debido a los cortes eléctricos, por lo que el victimario (a) pudo haber aprovechado la oscuridad para cometer el crimen. Aún así, la residencia no tenía puertas forzadas o señales de que desconocidos entraran sin consentimiento del septuagenario.
Se conoció que Rafael Alfonso Terán Padua tenía cuatro hijos que vivían en diferentes zonas de Barquisimeto y Caracas, por lo que la mayor parte del tiempo debía encontrarse solo, algo que no ocurria porque siempre recibía la visita de tres personas.
Familiares y personas allegadas a Rafael lo describieron como una persona muy generosa, jubilada de su trabajo de vigilante en la Alcaldía de Palavecino, y que acostumbraba a ayudar a los demás, aparentemente un amigo de él le habría sugerido que ayudara a una familia que no tenía gas doméstico para cocinar su comida.
La ayuda a las personas se volvió costumbre y los favores se intercambiaban, presuntamente estas personas le limpiaban la casa, «Todo el tiempo se la pasaban en casa de mi papá, más que en la de ellos», dijo uno de sus hijos.
Tanto familiares como vecinos aseguraron que las personas desaparecieron y después del hallazgo no han sido vistas, que incluso, una de ellas habría faltado estos días a su puesto de trabajo.
El caso continúa en investigaciones por el Eje de Homicidios del Cicpc, mientras los hijos de Rafael Alfonso, llevaron a cabo la supultura de su padre este viernes en horas de la tarde en el Cementerio Nuevo de Barquisimeto.
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