Bajo un régimen de excepción, El Salvador celebra este domingo 4 de febrero elecciones presidenciales y legislativas que suspende algunas garantías constitucionales, y en medio de la polémica postulación del actual presidente del país, Nayib Bukele, para un segundo mandato consecutivo.
Para estos comicios están convocados los más de 5,5 millones de salvadoreños, quienes elegirán a su próximo presidente entre una terna de seis partidos políticos, entre ellos el oficialista.
El actual gobernante, de 42 años y con gran popularidad, es el primer presidente de la etapa democrática salvadoreña con la opción de buscar su reelección inmediata y, de ganar, sería el primero en repetir en el cargo a pesar de que la Constitución no lo permite.
El camino a la reelección de Bukele se abrió en 2021, cuando la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, que había sido nombrada por el Congreso de mayoría oficialista sin seguir el procedimiento legal, cambió un criterio de interpretación de la Constitución.
Además, el 4 de febrero se votará por primera vez por 60 diputaciones en lugar de 84, cambio que surgió tras la aprobación en la Asamblea Legislativa de una normativa promovida por el Gobierno de Bukele.
Se prevé que el partido de Bukele obtenga la mayoría de diputaciones en el Congreso, de acuerdo con las mediciones de las encuestas, con lo que continuaría siendo la primera fuerza política del país centroamericano.
La elección de presidente del 4 de febrero será la séptima desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, que representaron el fin de la guerra civil que El Salvador vivió desde 1980 y que dejó 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.
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