Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López < El Informador Venezuela
Close

Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López

La Semana Santa del Barquisimeto de Ayer

 

00

En épocas pretéritas, la Semana Santa representaba días de reflexión y genuflexión, de oración y recogimiento en aquel Barquisimeto pequeño y bucólico, donde los paseos eran los que se efectuaban a lugares identificados por la población como lo más adecuados para ello, entre estos: la “Avenida 5 de Julio” por la amplitud de su calzada, las suntuosas edificaciones que allí existían de construcción tradicional, es decir, de adobes, tejas, limatones y cañas bravas y que constituía la prolongación hacia el Norte de la “Calle Páez” en la actualidad Calle 30, siendo una de las contadas trasversales que estaba dotada de rieles para el tranvía de caballos, pues por allí atravesaba el mismo, rumbo a la Estación del Ferrocarril Bolívar, donde actualmente se encuentra la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, en la Avenida Venezuela entre calles 29 y 30, destino también señalado como sitio de paseo, especialmente por su frondosa “Plaza Independencia”, la cual se extendía entre la edificación de la estación del ferrocarril y las casas que estaba en su frente hacia Sur, en lo que hoy ocupa la Avenida Venezuela, quedando apenas un muestra de aquella enorme plaza, como lo está  la llamada en el argot popular “Plaza la Estación”, que está en la acera Sur de la Avenida Venezuela entre las calles 29 y 30, que data del año 1900 y que paulatinamente ha ido cambiando de nombres.

 

De la misma forma, entre los paseos estaba la llamada “Avenida La Pastora” que eran la prolongación hacia el Este de la Calle del Comercio (Av. 20), desde la actual calle 19 hasta lo que es hoy la Av. Morán, por ser esta una amplia vía arbolada, donde estaban como pequeñas granjas y que luego fuese denominada Avenida José Félix Rivas. De igual manera la “Avenida Torrellas Urqueola”, que no era sino otra amplia calle arbolada, constituida por la actual carrera 21 desde la calle 36 aproximadamente hasta el Cementerio de Bella Vista (Av. Rómulo Gallegos). Así como las plazas que citaremos a continuación: “Bolívar” en lo que sería hoy la Plaza Lara y originalmente se llamó Monumento a los Libertadores, frente a la entonces santa Iglesia catedral de Barquisimeto, hoy templo de San Francisco, la cual lucía un monumentos circular, que el pueblo llamó “La Torta”, por ser redondo con un elevado centro con el Busto del Libertador Simón Bolívar y en un nivel más bajo equidistantes uno del otro los bustos de Antonio José de Sucre, Juan Jacinto Lara, Florencio Jiménez, Juan Guillermo Iribarren y Manuel Cedeño; “Plaza Juárez” frente al actual santuario Eucarístico de La Paz, hoy Plaza Juan Pablo Wohnsiedler; la “Plaza Altagracia” frente al templo de Altagracia cruce calles Libertador y Falcón, es decir, esquina carrera 19 con calle 20, en la actualidad Plaza Pablo Acosta Ortiz desde 1940; “Plaza Monagas” frente al Hospital La Caridad, que no es otra que la plazoleta contigua al Templo Inmaculada Concepción, frente a la sede del Museo de Barquisimeto; “Plaza San José” que es la plazoleta adyacente al templo de San José, en la hoy calle 25 entre carreras 21 y 22; la “Plaza Roscio” dedicada a Juan Germán Roscio, frente a la Cárcel Pública de Las Tres Torres, es decir en la hoy carrera 15 con la calle 31 y que diera origen al actual Parque Infantil Alberto Ravell; y por sobre todas con una manzana completa en el corazón de Barquisimeto, la “Plaza Miranda”, cruce de las calles longitudinales Ilustre Americano y Regeneración con las trasversales Juáres y Obispo, es decir entre las carrera 17 y 16 y las calles  25 y 26, construida en 1895 con el General Aquilino Juáres, actualmente y desde 1930 Plaza Bolívar.

 

A estos paseos, acudía la gente a pie, algunos con mayor poder adquisitivo en coches de caballos, otros en el Tranvía de caballos y los menos con automóviles. Los templos que recibían a la feligresía católica eran Altagracia, en la Calle Falcón entre Calles Libertador y del Comercio (Calle 20 entre la Carrera 19 y la Av. 20); la Catedral al extremo Sur de la Calle Catedral, es decir el Templo de San Francisco en el extremo Sur de la calle 23, entre las hoy carrera 17 y 16; el Templo de San José, que era una humilde edificación en el cruce de  las calles longitudinales “Márquez” y “Bruzual” con la calle trasversal “Juáres”, en una palabra en la calle 25 entre las carreras 21 y 22; el Templo de San Juan a medio construir o en fábrica como se le decía, en el extremo Sur de la calle San Juan, luego calle Rivas Dávila hoy calle 35 y el Santuario de Nuestra Señora de La Paz en la esquina de la calle Regeneración con la Calle Agüero, hoy carrera 16 con la calle 29 frente a la Plaza Juáres en la actualidad Plaza Juan Pablo Wohnsiedler.

 

Lógicamente, estaba un sitio de especial esplendor, como lo era el Bosque Macuto, situado a la margen derecha del Río Turbio al Sur de la población, cuyo tramo más complicado, era cruzar el Río Turbio, cuyo sitio más expedido para tal fin, era por donde se encuentra el puente aproximadamente.

 

Raúl Azparren, en su libro “Barquisimeto, paisaje sentimental de la ciudad y su gente” (1972), nos recuerda como las llamadas tiendas de telas, exhibían las piezas de telas, que las damas adquirían para confeccionar los trajes que lucirían en los distintos oficios religiosos en los templos de Barquisimeto ya mencionados durante la Semana Santa, pues existía un afán decente por trajearse bien y darle así a los acontecimientos religiosos el realce que ellos consideraban merecía la ocasión, sobre todo durante las ceremonias y Jueves y Viernes Santo.

 

Azparren, nos señala en su evocación, que la Catedral de Barquisimeto, hoy templo de San Francisco, resultaba entonces pequeña para contener la aglomeración de fieles, a la cual, además de quienes tenían asiento fijo en ella, acudían los de los campos vecinos en grandes cantidades, “tan elocuentes para medir su fe” Prosigue Azparren en su relato, es de recordar a aquellas mujeres campesinas vestidas con la tela llamada zaraza, de color morado, calzando aquellos zapatos llamados “brecas”, reconociéndoselas por su modo de andar, por no hallarse familiarizadas con esos zapatos.

 

En cuanto a los hombres, Raúl Azparren señala en el citado libro, que lucían estos sus fluxes confeccionados con dril “Cabeza de Perro” y ya cansados hombres y mujeres, sudorosos, después de haberse terminado los sagrados oficios, sentabansen en el atrio, despojarse de las alpargatas nuevas los primeros y de las “brecas” las segundas, “…se dirigían a la pila de plaza para mitigar la sed. (…) Para esto, ellos hacían un improvisado recipiente con una hoja grande de  arrancada de algún árbol cercano, con el cual servían el refrescante líquido…”

 

Como Capital Musical de Venezuela, Barquisimeto en los actos de sus templos católicos durante la Semana Santa, no podía faltar la música organizada para amenizar las solemnidades litúrgicas. Don Rafael Soteldo, excelente tenor y quien fuese el Director de la Escuela de Música del Estado Lara cuando esta abrió sus puertas en 1939, espacia las modulaciones de su voz robusta, melodiosa y agradable desde el coro de la iglesia de San Francisco, la catedral de la ciudad capital del estado Lara.

 

Desde el Domingo de Ramos, empezaban las procesiones; la del Cristo y la Jesús en el Huerto, salían de la Inmaculada Concepción o de “La parroquia” como se le decía popularmente. El lunes, desde el templo de Altagracia salía en procesión la imagen de Jesús en la columna, el martes en la Santuario la Paz, se organizaba la procesión de la la imagen de Jesús bajo la advocación de Humildad y Paciencia. El Miércoles Santo era multitudinaria la procesión del Nazareno de San Francisco, la antigua Catedral, en la misma, el Jueves Santo, toda Barquisimeto esperaba las palabras de Monseñor Agüedo Felipe Alvarado. El Padre Alvarado, para muchos inspiraba deseos de no perder detalles de la ceremonia frente al Altar Mayor. Terminada la ceremonia y se desalojaba el templo, comenzaba la instalación del Monumento. A las cuatro de la tarde,  comenzaba la artística tarea, a la cual se abocaban muy piadosamente las damas de cada una de las parroquias. Luego de una cena frugal, el tiempo se invertía en la vita de los Monumentos.

 

El Viernes Santo, era de completo recogimiento, reinando un silencio imponente en la majestuosa procesión del Santo Sepulcro. El Sábado de Gloria, había repiques de campanas en los templos de la ciudad y desde las puertas de las casas los vecinos vaciaban al aire, las balas de sus revólveres como una demostración de contento por la Resurrección de Jesús.

 

Así fue, el Barquisimeto de ayer en la Semana mayor, en la conmemoración litúrgica católica de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

 

Barquisimeto, domingo 31 de marzo de 2024

Abrir chat
Comunícate con nosotros
Comunícate con nosotros
scroll to top
SiteLock