Cuando Hank Aaron conectó su legendario jonrón número 715, rompiendo el récord de Babe Ruth, Charlie Russo estaba allí, observando desde una perspectiva única que ahora, cincuenta años después, está listo para compartir con el mundo. Russo, un hombre de 81 años, está lanzando al dominio público sus imágenes privadas de ese momento histórico, capturadas después de seguir discretamente a la familia de Aaron hasta el campo del estadio del condado de Atlanta-Fulton.
El 8 de abril de 1974, 53.775 aficionados llenaron el estadio para ser testigos de la hazaña que rompería barreras en el béisbol. Russo y su tío, Joseph Mathews, aseguraron los codiciados boletos antes de viajar desde Savannah, marcando el comienzo de un día que Russo describe como encantado.
Tal como cuenta el aficionado en la entrevista que le hizo Charles Odum para la agencia AP, desde sus asientos detrás del dugout de la tercera base, Russo filmó con una cámara de 8 mm mientras Aaron conectaba el histórico jonrón. Después del batazo, se acercó a la familia de Aaron y a otras figuras prominentes presentes en el estadio, siguiendo su instinto y capturando momentos únicos desde ángulos privilegiados.
Las imágenes de Russo muestran a Aaron, apenas a unos metros de distancia, levantando su brazo derecho y sonriendo a la multitud emocionada. Para Russo, todo encajó perfectamente en ese momento mágico.
Sin embargo, su acceso al campo de juego fue notable, dada la seguridad estricta y las amenazas de muerte que Aaron había enfrentado mientras se acercaba al récord de Ruth, por motivos racistas, debido a que un hombre negro iba a superar a un jugador blanco cuya marca se estableció mientras el deporte estaba segregado. A pesar de las preocupaciones de seguridad, Russo nunca fue cuestionado mientras filmaba desde tan cerca del evento histórico.
Incluso en medio de la emoción del momento, Russo notó los objetos utilizados por los bateadores de los Bravos y los guardó como recuerdo. La bolsa de resina y el donut con peso que capturó ahora podrían ser subastados, compartiendo un pedazo tangible de la historia del béisbol con los aficionados.
Aunque Russo se acercó a Aaron con estos objetos, el legendario bateador demostró amabilidad y aceptación, firmando los artículos con un gesto de gratitud.
Después de esa noche memorable, Hank Aaron continuó dejando su huella en el béisbol, retirándose con un total de 755 jonrones, un récord que perduraría hasta que fue superado por Barry Bonds en 2007.
Este año, los Bravos planean celebrar el 50 aniversario de aquel momento histórico en Truist Park. Russo, junto con otras figuras relevantes, planea asistir, recordando la vez que estuvo tan cerca de la historia del béisbol.
Para Charlie Russo, estar cerca de eventos deportivos icónicos no es algo nuevo. Desde saltar setos para presenciar victorias legendarias hasta capturar momentos históricos en el béisbol, su vida ha sido una serie de aventuras que él abraza con entusiasmo.
A sus 81 años, Russo sigue siendo un hombre activo, trabajando seis días a la semana en el mercado de pescado fundado por su padre. Su actitud resiliente y su disposición para enfrentarse a la historia cara a cara son testamentos de una vida dedicada a la pasión y la aventura.
Para Russo, estar cerca de la historia del béisbol fue un honor que no dudaría en repetir si se le presentara la oportunidad una vez más.
Fuente: AP News