Los ataques aéreos nocturnos de Israel sobre la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, causaron al menos cinco muertos, según funcionarios hospitalarios palestinos.
Entre las víctimas del operativo había dos menores, identificados en los registros hospitalarios como Sham Najjar, de 6 años, y Jamal Nabahan, de 8.
Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes del sitiado enclave se han refugiado en Rafah, donde Israel lleva a cabo ataques casi a diario mientras se prepara para lanzar una ofensiva sobre la ciudad.
En el centro de Gaza, cuatro personas murieron por fuego de tanques israelíes y sus cuerpos fueron trasladados a un hospital local. Sus familiares contaron a The Associated Press que murieron cuando trataban de llegar al norte de Gaza, donde el ejército impide el regreso de los residentes a sus hogares.
En las últimas 24 horas, los hospitales del enclave recibieron 43 cadáveres de personas fallecidas en operaciones israelíes y atendieron a 64 heridos, dijo el Ministerio de Salud gazatí el jueves.
Por otra parte, el muelle que se está construyendo para llevar ayuda humanitaria por mar a Gaza fue atacado el miércoles, lo que obligó a funcionarios de Naciones Unidas a ponerse a cubierto, dijeron autoridades israelíes y de la ONU.
Ningún grupo insurgente se atribuyó de inmediato la responsabilidad por el incidente, que los israelíes describieron como un ataque con proyectiles de mortero. Nadie resultó herido, según las autoridades.
El ataque supone un dubitativo arranque para la construcción de la infraestructura, un proyecto liderado por Estados Unidos para hacer llegar más ayuda a Gaza. Un alto cargo político de Hamás dijo a The Associated Press el miércoles que se opondrán a cualquier presencia militar extranjera relacionada con el proyecto portuario.
En su entrevista con la AP, Khalil al-Hayya dijo que el grupo insurgente islámico está dispuesto a acordar una tregua de cinco años o más con Israel y a deponer las armas y convertirse en un partido político si se establece un estado palestino independiente en las fronteras previas a 1967.
Esto parecía ser una importante concesión por parte de Hamás, que está comprometido oficialmente con la destrucción de Israel. Pero es poco probable que Israel considere ese escenario: ha prometido aplastar a Hamás y su gobierno actual se opone rotundamente a la creación de un estado palestino en los territorios capturados en la Guerra de los Seis Días de 1967.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ratificó el miércoles una ley con ayudas de guerra por valor de 95.000 millones de dólares que incluye unos 9.000 millones en ayuda humanitaria para Gaza, que según los expertos está al borde de la hambruna, y como miles de millones para Israel.
La guerra entre Israel y Hamás comenzó tras el asalto sin precedentes del 7 de octubre sobre el sur de Israel en el que insurgentes encabezados por Hamás mataron a alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y capturaron a unas 250 más como rehenes.
La posterior campaña aérea y terrestre israelí en el sitiado enclave se ha cobrado la vida de al menos 34.300 palestinos, en su mayoría mujeres y menores, según las autoridades sanitarias locales, cuyo conteo no diferencia entre víctimas civiles y combatientes.
El ejército israelí dice que mató a alrededor de 13.000 insurgentes, pero no ha ofrecido pruebas que respalden su afirmación.