Cientos de personas llegan en lanchas desde Venezuela hasta la ciudad colombiana de Arauca en búsqueda de atención médica y para conseguirlo deben ser los primeros en las largas filas que se forman.
Uno de los primeros edificios que encuentran en la ciudad, que es la capital del departamento de Arauca y que tan solo está separada de Venezuela por un caudaloso río que lleva su mismo nombre, es el de la Cruz Roja Colombiana.
Desde las 4.00 de la madrugada, cuando la humedad y el calor propios de la Orinoquía aún no son tan fuertes, decenas de personas, muchas de ellas con niños de brazos, se apostan en las paredes exteriores del centro médico a la espera de que sean las 7.00 para que se abran las puertas y comiencen a repartir los 120 turnos de atención, reseñó El Espectador.
A algunos los aquejan problemas cardíacos, otros sufren enfermedades respiratorias y hay también mujeres embarazadas que, pese a sus dolencias, saben que esa es la única forma de conseguir buena atención.