“Mi vicio es leer”, responde de inmediato la maestra Ana Paulina Mujica de Gómez, cuando El Informador Venezuela, quiso indagar el secreto que la mantiene lúcida al celebrar 100 años de edad, de los cuales 40 se los dedicó a la docencia, además se destacó en la cultura y la lucha gremial.
“Tengo muy buena memoria” -dice- de hecho, cuando se le preguntó a quién de cientos de alumnos recordaba por alguna razón especial, sin detenerse en pensar, respondió, “a uno que no le gustaba ir a la escuela y tuve que ir al conuco a enseñarlo a leer”, en Laguna Salada, al norte de Barquisimeto.
Enseñar es algo innato en ella como lo es declamar. La “maestra Paulina”, como le llaman cariñosamente, se destacó como educadora, intelectual, narradora oral escénica. “Paula siempre ha tenido la poesía en flor de labios”, expresó el presidente de Fundatamunangue, Alfredo Soto, el miércoles 3Jul en la plaza Pablo Acosta Ortiz, conocida como Altagracia, donde los jubilados y pensionados le rindieron un merecido homenaje lleno de poesía, canciones y anécdotas.
El profesor Edgar silva, desde la distancia, tuvo palabras cargada de afectuosidad, y alabó la trayectoria de la maestra Paulina en el ámbito no solamente educativo sino también cultural y gremial.
Su don de gente, inspiró a Rafael Rivero y a Sergio Crespo quienes le dedicaron emotivos poemas que reflejan su esencia, su sencillez, humildad, empatía y coraje que la caracterizan.
“Paulina es historia”, manifestó Nayibe López, quien reconoció su lucha por mejoras salariales de los educadores, para que llegada la vejez tuvieran una pensión que les permitiría vivir dignamente. Irónicamente hoy día, “pulverizada”, de apenas 130 bolívares. La lucha continúa con el mismo propósito, abrazando la fe por un destino mejor, que todos merecemos, expresó.
Sobre esa línea, el profesor Argenis Aguilar también resaltó la labor gremial de la agasajada quien, incluso fundó una Asociación de Jubilados. Por eso, considera que no hay sitio más idóneo, que la plaza Altagracia para celebrar el centenario de la maestra Paulina, dijo.
Esa opinión la comparte Nelson Fréitez, coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, UCLA, quien resaltó la prolífera corriente de narradores orales en Barquisimeto y el interior de Lara. El comentario viene a colación por Paulina, -aclara- porque ¿dónde aprende la gente a narrar cuentos?. -Con las abuelas quienes sacan la silla de madera, la recuesta en la puerta y cada quien que pasa echa un cuento.
Y hablando de cuentos, en esta plaza, se reunía el poeta Rafael Cadenas, (ganador del Premio Cervantes 2022), con Salvador Garmendia y Manuel Caballero a echar cuentos. Además, Cadenas, al igual que Paulina, también luchó por los derechos humanos en su época de estudiante, al punto que tuvo que exiliarse por su enfrentamiento contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, rememoró Fréitez.
“Estamos en un sitio emblemático, que encierra historia y estamos con una mujer extraordinaria que está cumpliendo 100 años, con una narradora oral que representa lo que somos como larenses, nuestra cultura, nuestro modo de ser, nuestra sensibilidad. Por eso hay que regocijarse y dar gracias a la vida, por tener el privilegio de compartir este escenario”.
Visiblemente emocionado, Fréitez agregó: «estas son historias, que uno se lleva para toda la vida, no es solamente es que se cumple una centuria. Estamos frente a una persona extraordinaria que ha luchado por los derechos humanos, que creó organizaciones sociales, educadora, que ha dejado una huella, un legado enorme en el corazón, en el alma, en la ética en cientos de personas”.
Carmen Castillo, también quiso homenajear con su voz, a la maestra centenaria, y le dedicó dos melodías una de éstas Lunita de Cabudare, letra y música de Juan Vicente Torrealba.
Ante tantos halagos, poesía y canto, la homenajeada recitó dos poemas y una vez más, dejó asombrados a sus amigos y demás público presente.
El encuentro culminó con el tradicional “cumpleaños Feliz” y al finalizar nuevamente la maestra tomó el micrófono y cantó a capela para agradecer y celebrar la vida. Nunca esperó que la gente la quisieran tanto, dijo.
AC