72 años de la Coronación de la Virgen de Coromoto
Hace cien años, el Reverendo Hermano Nectario María, emprendió la titánica labor de indagación, que le permitiese la construcción de “La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto”, que finalmente se publicó en los albores de los años 40.
1924, fue el año en que remontando los llanos venezolanos, este religioso de las escuelas cristianas del Colegio La Salle, orden no sacerdotal, se adentró en los archivos de la Curia de Guanare, donde no hubo documento que no pasara por sus manos, consultando de la misma forma, los archivos de los Obispados y Registros de Barquisimeto, San Carlos en el estado Cojedes y los de Trujillo, pero asimismo, en Caracas consultó diversos archivos nacionales, entre ellos, la Academia Nacional de la Historia, la Biblioteca Nacional y el valiosísimo Archivo Arquiepiscopal. Como resultado de sus búsquedas, le fue posible al Hermano Nectario, recoger el acopio de importantes y valiosos materiales, con los cuales le fue viable levantar la historia de la aparición de Nuestra Señora de Coromoto.
Nosotros, que poseemos un ejemplar de la Segunda Edición de “La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto”, publicada en 1942, hemos verificado las fuentes de donde hoy día se extraen los conceptos que se difunden con relación a la Patrona de Venezuela. En la citada publicación, donde se encuentra inserta, la comunicación que le enviase al autor el Nuncio Apostólico de su Santidad en Venezuela de cuyo texto se extraen las siguientes expresiones:
“…A las felicitaciones que tuve el gusto de enviarle por su esclarecido interés en favor de las Misiones de Venezuela, me complazco en añadir ahora mis aplausos más sinceros por sus piadosos anhelos en promover la devoción de Nuestra Señora de Coromoto.
Ciertamente es nobilísimo el pensamiento de hacer de esta devoción como el medio más eficaz para alcanzar las bendiciones de Dios sobre la Nación Venezolana; y los que, como Ud. hace, dedican a este fin su inteligencia y su corazón, hacen obra muy meritoria religiosa y socialmente: pues muchas son las necesidades espirituales del pueblo venezolano y único como eterno es el remedio: Jesucristo. Es preciso que Jesús Redentor nuestro reine en el individuo, en la familia, en la sociedad, en las instituciones públicas, ¿y quién mejor que la Virgen Santísima puede proporcionarnos este bendito y suspirado Reino? …”
Así, se difundió “La Maravillosa Historia de Nuestra señora de Coromoto”, que según cuenta la tradición, en el año 1651, la Santísima Virgen se le apareció al cacique de los Coromotos y a su familia, les habló en su idioma diciendo: «…Salgan del bosque y vayan donde están los blancos para que reciban el agua sobre la cabeza y puedan entrar en el cielo…».
El Cacique, impresionado por el suceso y queriendo cumplir con los deseos de la Señora, comunicó las noticias de la aparición al español Juan Sánchez, quien pasaba por ese lugar porque estaba de viaje. Ambos se pusieron de acuerdo y los aborígenes fueron a vivir en un sector de tierra formado por el ángulo de la confluencia de los ríos Tucupido y Guanaguanare.
El español, informó a las autoridades de la Villa lo que había ocurrido y ellas dispusieron que, los nativos se quedasen en ese lugar, y nombraron a Juan Sánchez como su encomendero. Allí, vivieron por un tiempo para ser instruidos en la religión cristiana. Pero el Cacique, no logró adaptarse a su nueva forma de vida y decidió volver al bosque, junto a su familia.
Antes de que se marchase el Cacique, un suceso marcaría el comienzo de la devoción a la Santísima Virgen de Coromoto. El 8 de septiembre de 1652, la Virgen nuevamente se le apareció al indígena, rodeada de un aura luminosa. El Cacique le dijo: «… ¿Hasta cuándo me quieres perseguir, ya no he de hacer lo que me mandas…». La Señora avanzó suavemente hacia él, el Cacique trató de echarla de su choza y extendió su mano como para atraparla, ella en ese momento desapareció, quedando en el puño cerrado del Cacique, una pequeña estampa con la imagen de la Virgen.
Al enterarse de lo ocurrido, Juan Sánchez mandó que fuese recogida la imagen que había quedado en el puño del Cacique después que este trató de atrapar a la virgen aparecida, la cual colocó en su casa. Allí la pequeña imagen era venerada por todos los pobladores de la región de Guanare. En el año 1654, por orden del vicario Diego de Lozano, ésta fue llevada al templo de la ciudad de Guanare.
Finalmente, la creciente devoción hacia la Virgen de Coromoto como se le conoce popularmente, condujo a que el 1º de mayo de 1942 fuese declarada Patrona de Venezuela por el Episcopado Nacional de nuestro país. El 7 de octubre de 1944, Su Santidad Pío XXII, la declaró «Celeste y Principal Patrona de toda la República de Venezuela».
Luego del arribo, de Monseñor Dr. Críspulo Benítez Fonturvel a la ciudad de Barquisimeto en 1949, este ilustre prelado de la iglesia católica, desplegó una intensa y admirable labor apostólica en la entonces Diócesis de Barquisimeto, quien tuvo la fortuna de encabezar la organización de la Coronación de Nuestra Señora de Coromoto, con lo cual allanaba a su vez el camino, para la posterior coronación de la Divina Pastora, cuando en 1952 se conmemoraban los diez años de la declaratoria de proclamar a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela.
Recordemos, que Monseñor Dr. Críspulo Benítez Fonturvel tuvo una descollante actuación, llegando a ser Diputado al Congreso Nacional, y entre otras representaciones de alta jerarquía, se encontraba su participación en diversos encuentros de trabajo en la Santa Sede, por lo cual logró canalizar positivamente todo lo inherente a la Coronación Canónica de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela.
En tal sentido, la coronación canónica es uno de los Ritos litúrgicos católicos, instituidos para resaltar la devoción por una advocación mariana y como para que se dé tan elevada ceremonia hay que pasar por un proceso, en el que se debe demostrar que una imagen concreta recibe un culto que ha movido durante muchos años a un grupo grande de personas, a venerarla de forma sincera como representación simbólica de la Madre de Dios. Al demostrarse esto, la autoridad eclesiástica determina coronarla solemnemente, lo que estaba en el ambiente, pues años antes en 1942, la Conferencia Episcopal Venezolana había declarado a Nuestra Señora de Coromoto Patrona de Venezuela y el Patriarca de la Iglesia Católica, Pío XII de igual manera, en 1944 confirmó, constituyó y declaró a la Santísima Virgen de Coromoto, Celeste y Principal Patrona de Venezuela.
En todo este proceso, fue determinante el trabajo llevado a cabo por el Reverendo Hermano Nectario María, como lo exteriorizó el Nuncio Apostólico de su Santidad en Venezuela al manifestarle al referido religioso en expresión epistolar de fecha 20 de agosto de 1922: “…me complazco en añadir ahora mis aplausos más sinceros por sus piadosos anhelos en promover la devoción de Nuestra Señora de Coromoto…”
Lógicamente, es menester igualmente subrayar, el Decreto de la Conferencia Episcopal Venezolana, donde luego de fundamentados considerandos de rigor, se lee en los numerales del mismo: “…La Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto, es declarada y proclamada PATRONA de Venezuela, quedando así, de modo especialísimo, bajo su maternal protección toda nuestra República con sus Diócesis, Estados e Instituciones. (…) De acuerdo con el canon 1278 del Código Canónico, será elevado este Decreto al conocimiento de la Santa Sede. (…) Dado en Caracas, en el salón de las Conferencias Episcopales, el 1º de nayo de 1942…”
Fue así, que con la relevancia propia de los hechos extraordinarios, tuvo lugar la Coronación de la Virgen de Coromoto en la ciudad de Guanare, hace 72 años, constituyendo la misma, uno de los actos más esplendidos y solemnes que vivió Venezuela en aquellos días, quedando tatuado con letras indelebles en los anales de la historia y en la devoción ferviente de la tradición católica de nuestra nación.
Desde todos los pueblos del país y aun del extranjero, concurrieron a la ciudad capital del estado Portuguesa, nutridas caravanas de devotos peregrinos quienes saturaron el ambiente de la atmosfera reinante con el rumor de sus plegarias. Más de 50.000 católicos, reseña la revista “Maracaibo Social” en su edición de Septiembre de 1952, escoltaron a la Virgen de Coromoto desde la vieja Basílica guanareña hasta el campo de la Coronación, donde el Enviado Papal, su Eminencia el Cardenal de La Habana, Manuel Arteaga y Betancourt, Arzobispo de la Habana, como Legado Pontificio de su Santidad Pío XII, habría de coronar a la venerada imagen mariana.
Monseñor Dr. Críspulo Benítez Fonturvel, haciendo las veces de anfitrión, como organizador de la solemne actividad, recibió y atendió al Cardenal de La Habana, Monseñor Manuel Arteaga y Betancourt junto a una comitiva, entre quienes se encontraban, Monseñor Jesús María Pellín, Obispo de Caracas y Monseñor Armando Lombardi, Nuncio Apostólico del Santo Padre.
Aquel inolvidable acontecimiento, se materializó el memorable 11 de septiembre de 1952 en medio del alborozo, que inspiraba la conmemoración de los trescientos años de la aparición de la Virgen de Coromoto, que el Papa Pío XII mandó a que fuese coronada canónicamente, en atención al Decreto de la Conferencia Episcopal Venezolana y las gestiones de Monseñor Dr. Críspulo Benítez Fonturvel. Serían las siete de la noche, el momento cuando partió la romería de la Basílica guanareña hasta el campo de la Coronación, iluminada mediante antorchas y velones, bajo una larga sucesión de arcos que simulaban ábsides de luz, mientras un grueso contingente humano aguardaba en el campo de Coronación entre el rezo de rosarios, jaculatorias y cantos marianos. Allí, se encontraba una zona acordonada para las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, donde hacía acto de presencia, la Junta de Gobierno, que dirigía los destinos de la nación, presidida por el Dr. Germán Suárez Flamerich junto a los Coroneles Luis Felipe Llovera Páez y Marcos Evangelista Pérez Jiménez.
En el campo de Coronación, se había levantado un solio y un altar portátil de estilo gótico, erigidos al aire libre. El arribo de la Virgen de Coromoto al sitio de la coronación fue verdaderamente triunfal. La multitud prorrumpió en aclamaciones delirantes, mezclándose los vivas tanto a la Virgen como al Cardenal Arteaga. Iluminado el escenario por potentes reflectores, se podía apreciar en todo su esplendor como se erguía un gigantesco monumento representativo de la celestial patrona en color blanco, mientras una cruz colosal en verde, le servía de fondo a la imponente imagen. Iniciado el protocolo litúrgico, Monseñor Gregorio Adam, Obispo de Valencia, pronunció la prédica sagrada, quien hizo vibrar el sentimiento de los presentes, al exaltar el prodigio de la Virgen ante el Cacique Coromoto. Un Coro de ópera, interpretó después el “Stella Maris” de Criesbacher, dirigido por el Pbro. Spanisch, cantando asimismo en gregoriano los coros menores del Seminario Interdiocesano de Caracas.
Inmediatamente, el Legado Papal, revestido de sus atuendos cardenalicios, dio inicio a la Misa Pontifical, donde se contaba con la presencia de quince Arzobispos, veinticinco Obispos y más de trescientos sacerdotes y acólitos como marco de la excelsa ceremonia.
Siendo al filo de la media noche, el momento esperado del acto, la Coronación Canónica de la Virgen de Coromoto. Un profundo silencio se hizo sentir en el lugar, sólo interrumpido por el locutor encargado de llevar palmo a palmo el desarrollo de la ceremonia. Así, el Cardenal Arteaga, asistido por Monseñor Segundo Escalona, Vicario General de la Diócesis de Barquisimeto, se dirigió solemnemente hacia el altar, donde reposaba la Sagrada Imagen en una hermosa custodia elaborada para tal fin, se arrodilló ante ella y tomando la corona de manos de Monseñor Dr. Críspulo Benítez Fonturvel, la colocó ritualmente sobre los dos ángeles de oro del invaluable ornamento, rica joya sobre la cual quedó la preciosa corona, como la expresión más elocuente de la más acendrada catolicidad de nuestro pueblo.
Seguidamente, su Eminencia el Cardenal Manuel Arteaga y Betancourt, como Legado Papal se volvió al pueblo e impartió la bendición y en ese instante detonó la primera de veintiún salvas de artillería e inmediatamente se iluminó el cielo con el multicolorido estallido de fuegos pirotécnicos, entre cánticos de los coros, mientras la multitud prorrumpía en vivas hacia la Madre de Dios en la advocación de Nuestra Señora de Coromoto.
Posterior a una breve espera, fueron anunciadas las palabras del Papa Pío XII dirigidas especialmente al pueblo venezolano en tan señera ocasión, que en un alarde tecnológico de la época, el Sumo Pontífice pronunció en castellano desde su residencia de Castel Gandolfo. Los presentes en un impresionante silencio escucharon atentos el mensaje del Santo Padre, donde bosquejaba las riquezas naturales de Venezuela, algunos de sus personajes y de sus devociones marianas esparcidas a todo lo largo y ancho del territorio nacional y al concluirlas, una portentosa andanada de fuegos de artificio iluminaron el firmamento, finalizando así, uno de los actos más ceremoniosos, más solemnes, más emocionantes y más vibrantes de la historia católica venezolana.
Hoy, cuando se conmemoran los 372 años de la aparición de la Virgen de Coromoto, perpetuada en la reliquia contentiva de la imagen, hemos evocado, el momento más elevado de tradición mariana venezolana, donde se pone de manifiesto, la realeza de María como Reina del Universo en su maternidad divina, que la une indisolublemente con su Divino Hijo Rey universal. Ella, con la simbólica corona es la Reina Madre, la misma que en Guanare se manifestó ante el Cacique que protagonizó aquel divino hecho, jefe de la familia a quien se le estaba apareciendo y por lo cual se le llamó como aquel, Coromoto, pues este nombre significa el que detiene la tormenta.
Por tal motivo, la coronación de la Virgen de Coromoto hace 72 años, representó un antes y un después, siendo el punto de partida para la coronación de otras imágenes marianas de profunda devoción regional en distintas zonas de Venezuela, cuya tradición está estrechamente vinculada a la historia de nuestros pueblos, como la Divina Pastora, coronada en 1956.
Barquisimeto, domingo 8 de septiembre de 2024.
Fuentes Consultadas:
Apostolado Mundial de La Virgen de Coromoto (s/f) Coronación [Información en Línea] Disponible en: https://www.virgendecoromoto.com/coronacin
EWTN (2024) Nuestra Señora de Coromoto – 8 de septiembre – Venezuela. [Información en Línea] Disponible en: https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/nuestra-senora-de-coromoto-8-de-septiembre-venezuela-15140
Nectario, M. (1942) La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto. Editorial Venezuela. Caracas. Venezuela.
Revista Maracaibo Social (1952) Solemne Coronación de Ntra. Sra. de Coromoto. Volumen 1. Año 1. Número 8. Septiembre 1952. Tipografía Vargas. Caracas. Venezuela.
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