Luisángel Acuña estaba jugando videojuegos con unos amigos en Worcester, Massachusetts., tarde la noche del viernes cuando su mánager de Triple-A Syracuse, Dick Scott, lo llamó para decirle que iba a las Grandes Ligas. Acuña se fue y regresó a la habitación de su hotel, donde comenzó a “llamar a todos”.
“Fue pura emoción,” dijo Acuña describiendo una llamada telefónica llena de lágrimas con su madre.
Antes de que Acuña pudiera llamar a su famoso hermano mayor, Ronald Acuña Jr., la estrella de los Bravos lo hizo primero. Ronald, quien había visto la noticia en las redes sociales, fue quien llamó a Luisángel.
“Me dijo, ‘Esto es todo por lo que has trabajado’” recordó Luisángel. “‘Pero ahora empieza la parte real’”.
Los Mets subieron oficialmente a Acuña el sábado para su debut en las Grandes Ligas, colocándolo como titular en el campo corto en lugar del puertorriqueño Francisco Lindor y poniéndolo de noveno en la alineación. Lindor, quien está lidiando con una rigidez en la parte baja de la espalda, no debería perder mucho tiempo, pero los Mets aprovecharon su ausencia para promover a su prospecto número 12.
“Es algo de lo que hemos estado hablando durante un tiempo,” dijo el presidente del departamento de operaciones de béisbol, David Stearns. “Con el problema de Lindor ayer, pensamos que ahora era el momento adecuado”.
Acuña jugó los nueve innings de su debut en el shortstop, conectando el primer hit de su carrera y yéndose de 4-2.
“Se ve muy relajado,” dijo Lindor. “Pero ha tenido el mismo comportamiento desde el Spring Training. … Se vio fantástico hoy. Estoy animado por lo que vi hoy. No hay límite para él, así que espero que continúe mejorando”.
Cuando los rosters se expandieron el 1 de septiembre, los Mets no llamaron inicialmente a Acuña porque creían que se beneficiaría con el tiempo de juego adicional en las Ligas Menores. Según dijo el propio Acuña, 2024 ha sido “una temporada llena de altibajos,” incluyendo 40 bases robadas en Triple-A pero también múltiples baches notables con el madero. Acuña tenía una línea de .258/.299/.355 con siete jonrones en Syracuse, mientras jugaba regularmente en el campo corto, la segunda base y en el jardín central.
Los directivos de los Mets siguen preocupados por la propensión de Acuña a perseguir lanzamientos fuera de la zona de strike y sienten que aún tiene aspectos que pulir en su juego. Pero con Jeff McNeil fuera por el resto de la campaña, Lindor lesionado y una necesidad clara en el nivel de Grandes Ligas, se sintieron cómodos dejando de lado sus objeciones por ahora, especialmente con solo ocho juegos restantes en la temporada de Ligas Menores.
En las Grandes Ligas, los Mets esperan que Acuña sustituya a Lindor cuando este no pueda jugar y que también supla al cubano José Iglesias ocasionalmente en la segunda base. Acuña también puede servir como bateador emergente o reemplazo defensivo en la parte final del juego.
“Él quiere jugar”, dijo el mánager venezolano Carlos Mendoza. “Disfruta estar en la alineación. Y eso fue lo que más me dijeron nuestro personal en Triple-A: cómo manejó los momentos difíciles. Eso dice mucho sobre un jugador. Ha madurado mucho, y aquí está en las Grandes Ligas”.
Los Mets adquirieron a Acuña en un cambio uno a uno por Max Scherzer antes del plazo de cambio del año pasado. Comenzó la campaña como su prospecto número tres y el número 66 en todo el béisbol, pero desde entonces ha bajado en esas listas mientras trataba de encontrar consistencia en el nivel más alto de las Ligas Menores.
A largo plazo, persisten preguntas sobre su potencial como bateador y su posición defensiva definitiva, pero los Mets no están preocupados por esos problemas en este momento.
Tampoco está preocupado Acuña, aunque ha echado un vistazo al calendario. Cuando los Mets viajen a Atlanta para una serie de tres juegos del 24 al 26 de septiembre, espera que Ronald, quien se está recuperando de una rotura del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda, esté allí para recibirlo.
“Es un sentimiento especial,” dijo Luisangel.
LA/MLB
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