Amor a la vida
Mientras el problema del abastecimiento de agua a los habitantes de nuestro estado Lara tiene términos extremos e intolerables, es inaceptable lo que sigue ocurriendo en los reservorios naturales del vital líquido, como lo es la información que me dieron, sobre la depredación que se está haciendo en la montaña aledaña al caserío “Santa Marta,” parroquia Hilario Luna Luna, municipio Morán, de este estado Lara, Bosque “Nublado” donde se encuentran las nacientes de las quebradas San Lorenzo, Los Aguacates y principalmente la quebrada “El Humo”, pues surte de agua dulce a las familias que habitan en el caserío.
Hace más de treinta años vengo alertando sobre la devastación acelerada de las fuentes de agua de los más importantes sistemas hidrográficos del estado Lara. Cuenca alta del río Turbio en la cual se destacan las sub-cuencas del río Claro y la del Tumaque, la Sierra de Portuguesa y por supuesto la más importante, la cuenca alta del río Tocuyo.
El proceso de deterioro del embalse Dos Cerritos el más importante del estado, se debe a la desforestación incontrolada, tala y quema pareja, en toda la Cuenca y en la Sierra de Barbacoas.
Esta cuenca con un altísimo grado de intervención desde hace más de treinta años viene sufriendo de un proceso de eliminación continua de gran parte de la cobertura boscosa que posee una alta función hidrográfica, al actuar en la regulación de la escorrentía superficial de agua que cae en los periodos lluviosos y al realizarse la devastación de los bosques protectores, la sedimentación y la escorrentía, en los suelos desprovistos de vegetación viene disminuyendo aceleradamente el poder de almacenamiento de agua del embalse.
Enfrentamos una grave situación con la amenaza cierta de que el embalse Dos Cerritos agote su capacidad de almacenaje.
Las fuentes locales subterráneas están en franco deterioro porque también dependen de los ríos superficiales para su recarga.
Esta situación se complica porque todavía no existe ninguna otra alternativa en la región frente al evidente incremento de la demanda ante el aumento poblacional, puesto que sólo Barquisimeto, ha crecido 3 veces más que la población que había cuando se concluyó la construcción del embalse a mediados de 1970.
Quienes han estado trabajando sobre los cambios climáticos en el norte de Sudamérica observan que otro elemento importante de destacar es el fenómeno asociado al cambio climático, cuando las acostumbradas precipitaciones se presentan de manera tardía y con núcleos dispersos sobre el territorio. Esto, supuestamente, representa, por la extensión de la cuenca, un volumen de más de 90000 millones de litros de agua de escurrimiento, que tendrían que haber alimentado directamente al embalse, subiendo su nivel a finales del periodo seco.
El riesgo actual para la población ocasionado por el deterioro de las cuencas hidrográficas es evidentemente mayor ante el fenómeno asociado al cambio climático.
La desecación del paisaje, sobre todo con coberturas de especies no arbóreas, es un hecho que establece condiciones desfavorables que lo hacen proclive a los incendios, de esta forma se incrementa la amenaza de destrucción sobre las zonas de mayor importancia hidrográfica.
Por semanas he visto quemarse el llamado “Paramito de Villanueva”, al bosque de Titicare, que cubre un importante acuífero que suministra el agua a la zona suroeste de Barquisimeto, donde se encuentra la Carucieña y en la cuenca del Tocuyo las amenazas de incendios sobre el Parque Dinira son cada vez más graves.
URGEN MEDIDAS CONTUNDENTES.
El problema del suministro se ha generalizado para los 9 municipios del estado, esta situación ya no es posible solucionarla con asambleas, conferencias o reuniones estériles, es indispensable que los funcionarios que aceptaron la autoridad suficiente para cumplir con su responsabilidad lo hagan de manera perentoria. Sólo tienen que ejecutar tres artículos de la Constitución Nacional y siete leyes de la República que son protectoras del ambiente. Ante la angustiante gravedad del asunto es obligatorio que se tome la decisión para que todo el tren gubernamental, a quien compete, intervenga en la realización de efectivas medidas perentoriamente.
Es prioritario explicarle con sinceridad a la población, para que intervenga directamente en la preservación del ambiente. Durante muchos años he venido alertando sobre esta situación, comprometido con la defensa de la preservación de la vida más allá de la ayuda a quienes éramos “Los Guardianes Gratuitos del Ambiente”, “Los Caficultores,” a oídos sordos he aportado propuestas para solucionar esta grave amenaza.
Se han realizado en obras de infraestructura de captación, aducciones, transporte y almacenamiento de agua, mientras las fuentes productoras de agua sufren peligrosos procesos de deterioros irreversibles que nadie detiene y esta situación probablemente se agravará más con los años.
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