Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López < El Informador Venezuela
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Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López

                El Panteón Nacional

 

El Panteón Nacional es la edificación más representativa del simbolismo patrio en Venezuela, donde se conservan los restos mortales de las figuras más destacadas de la historia de Venezuela desde la época de la emancipación hasta nuestros días. Está ubicado en la parroquia Alta Gracia de Caracas en el terreno donde se encontraba la antigua iglesia de la Santísima Trinidad, erigida en 1744 por el alarife Juan Domingo del Sacramento Infante e inaugurado el 15 de julio de 1780, la cual sucumbió ante los embates del demoledor movimiento sísmico acaecido el Jueves Santo 26 de marzo de 1812, que afectó tanto a Caracas, como a Valencia y Barquisimeto.

Esta suntuosa obra fue una realidad, gracias al General Antonio Guzmán Blanco, quien como Presidente de Venezuela decretó el 27 de marzo de 1874 convertir la vieja estructura de la antigua iglesia de la Santísima Trinidad en el Panteón Nacional, sitio en el que descansarían los restos de los personajes más ilustres del país, el cual finalmente fue inaugurado el 28 de octubre de 1875.

Ahora bien, la antigua iglesia de la Santísima Trinidad según el portal “Crónicas de la Ciudad” de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de la Cámara de Caracas (2024), luego del terremoto de 1812, la iglesia fue reconstruida por la caridad pública y que en el proceso de los trabajos, el General Antonio Guzmán Blanco mediante el Decreto No. 43 de fecha 27 de marzo de 1874, ordenó que los trabajos fueran replanteados, dándosele un aspecto neogótico,   – debido a su marcado esnobismo por los francés –   y que la edificación fuese destinada a Panteón Nacional.

Por otra parte, de acuerdo a Carlos Augusto Lindarte Dirección General del Ceremonial y Acervo Histórico y Hernán Lameda Luna de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (2014), en la historiografía sobre el Panteón Nacional no existe un estudio que evalúe la importancia de los extranjeros que han intervenido directa o indirectamente el edificio y que han sido inhumados en el mismo. Con tal objetivo Lindarte y Lameda emprendieron un trabajo de investigación, orientado a identificar a las personalidades oriundas de otras naciones que han dejado su huella en este templo laico y de exaltación patriótica, fundado por Antonio Guzmán Blanco. Para cumplir con ese propósito señalaron en primer término los citados autores, que hubo numerosos escultores y arquitectos que trabajaron en las diversas transformaciones tanto internas como externas del Panteón Nacional a lo largo de su historia y cómo se importó la idea de un Panteón Nacional a Venezuela. En segundo término, identificaron los primeros extranjeros enterrados en este edificio, personalidades foráneas que participaron en el establecimiento de la República. De esta manera, ocurre una curiosa paradoja: el Panteón Nacional –ícono de la nacionalidad venezolana y centro de culto a los héroes patrios–  alberga en su interior los restos mortales y simbólicos de varios personajes extranjeros como Codazzi, Manuela Sáenz y Brión entre otros. Así mismo, su arquitectura ha sido rediseñada en varias oportunidades por profesionales de otras latitudes como Mujica Millán y Francisco Sesto. Por otra parte, los grupos escultóricos del interior del Panteón han sido elaborados por artistas extranjeros como Roversi y Tenerani. De todo lo antes dicho se puede apreciar que el Panteón Nacional es muestra y reflejo de una sociedad tan permeable a las influencias foráneas, que incluso llega a permitir la presencia extranjera en uno de los íconos relevantes de su propia nacionalidad. La metodología de la aludida investigación estuvo centrada en la revisión documental y bibliográfica, siendo el aporte de dicho trabajo la combinación de fuentes provenientes de la historia de la arquitectura, del arte, de la historia de Venezuela y de documentos del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz.

Fíjense entonces amigos lectores de Reseña de la Añoranza, lo interesante de nuestra historia, de la historia de Venezuela, más allá de los grandes nombres de la emancipación y el equivoco endiosamiento que se ha hecho de los mismos, por lo cual tendemos a desdeñar la menuda historia, el detalle narrativo de la anécdota y el coloquial sabor a pueblo de la expresión vernácula. Los primeros personajes cuyos restos fueron trasladados al Panteón Nacional fueron: Francisco Rodríguez del Toro e Ibarra, Ezequiel Zamora, José Gregorio Monagas, Manuel Ezequiel Bruzual y Juan Crisóstomo y el 24 de agosto de 1876 fueron trasladados al recinto los restos mortales de Luisa Cáceres de Arismendi siendo la primera mujer cuyos restos ingresaron al Panteón Nacional.

Sin embargo, la más grande apoteosis fue el acto de traslado de los restos del Libertador Simón Bolívar al Panteón Nacional, pero antes bien, recordemos que los restos del Padre de la Patria arribaron a Venezuela procedentes de Colombia y en tal sentido, el entonces Presidente de la República, General José Antonio Páez, se dirigió al Congreso Nacional en 1833, para solicitar que se decretasen los honores públicos al más insigne de sus hijos. Esta petición la volvió a formularla el general Carlos Soublette en 1839. No obstante, en febrero de 1842, el General José Antonio Páez insistió sobre la necesidad de que se dictasen las medidas para el traslado definitivo de los restos de Bolívar. Entre otras cosas expresó: “…Los restos preciosos del hijo Ilustre de Caracas permanecen en el lugar en que terminó su existencia; ellos deben venir al lugar en que la principió; pero nadie debe traerlas sino la Nació…”.

Aquellas gestiones, finalmente tuvieron su feliz término cuando el Congreso Nacional decretó el 30 de abril de 1842:

“…El Senado y la Cámara de Representantes de la República de Venezuela reunidos en Congreso:

Considerando:

1.- Que los grandes hechos del Libertador Simón Bolívar, ilustre hijo y blasón de Caracas, están ya consignados en la historia, que lo reconoce como fundador de tres Repúblicas, y el primer caudillo de la Independencia suramericana; y 2.- Que a Venezuela asiste el precioso derecho de depositar sus restos venerandos; así como obliga el deber de tributarle un solemne homenaje de suma estimación y gratitud.

Decretan:

Artículo 1°: Venezuela se honra de aclamar al Libertador Simón Bolívar con los títulos de honor y gloria decretados por Venezuela y Colombia.

Artículo 2º: El Gobierno hará trasladar sus cenizas desde Santa Marta a esta capital con el decoro propio, y previa participación al Gobierno de la Nueva Granada.

Artículo 3º: A su llegada se le harán los honores fúnebres de Capitán General.

Artículo 4º: Todos los empleados públicos de cualquier clase y denominación que sean llevarán luto por ocho días.

Artículo 5º: Se celebrará un aniversario fúnebre en cada capital de provincia y en aquel día llevarán luto todos sus empleados públicos.

Artículo 6º: Sus ilustres cenizas serán depositadas en la Santa Iglesia Metropolitana, y se levantará un modesto panteón que las contenga.

Artículo 7º: La efigie del Libertador será colocada distinguidamente en los salones del Congreso y del Poder Ejecutivo, para que en todas ocasiones recuerde sus grandes merecimientos.

Artículo 8º: El Poder Ejecutivo queda encargado de reglamentar este decreto, y autorizado para hacer del Tesoro Público los gastos necesarios para su ejecución…”

Seguidamente, el Gobierno Nacional invitó a los gobiernos de Colombia y Ecuador para que le acompañasen en el acto de exhumación de los restos de Bolívar en Santa Marta. A tal efecto nombró una comisión, compuesta por el General Francisco Rodríguez del Toro, el General Mariano Montilla y el doctor José María Vargas, para presenciar la ceremonia, recibir los restos y trasladarlos a Caracas. Igualmente, comisionó al coronel Agustín Codazzi para que gestionara, en París, la construcción del carro que debía llevar la urna del Libertador, así como el arco de triunfo y todos los demás adornos para el solemne acto; pidió al antiguo edecán de Bolívar, Daniel Florencio O’Leary, se pusiese en contacto con el escultor romano Pietro Tenerani, con el fin de construir un monumento de mármol que sirviese de panteón para las cenizas; nombró a Juan de Francisco Martín para la identificación de los restos; designó las personas que habían de hacer guardia de honor durante el traslado a bordo de la goleta Constitución y ordenó los demás detalles de la ceremonia que debía de realizarse en Caracas, así como en las demás ciudades de la provincia, el día 17 de diciembre de 1842.

Una vez exhumados los restos del Libertador en Colombia, fueron puestos a bordo de la Goleta de Guerra “Constitución”, la cual izó velas el 22 de noviembre y recorrió un trayecto que duró 21 días hasta su llegada a La Guaira. El 15 de diciembre de 1842 fueron desembarcados a una falúa, convenientemente armada, la cual los trasladó a tierra firme. Majestuosa y solemnemente, el pueblo venezolano recibió a su ilustre hijo y lo condujo a la iglesia parroquial de La Guaira. Al día siguiente, la población guaireña despidió los restos del Libertador y una comisión del Concejo Municipal guaireño los condujo hasta la ciudad que lo vio nacer.

A su entrada a Caracas, la Comisión del Concejo Municipal de la capital recibió la urna cineraria, la cual fue conducida en hombros por algunos distinguidos ciudadanos hasta la capilla de la Santísima Trinidad. Al día siguiente, 17 de diciembre de 1842, se presentó el presidente José Antonio Páez, sus ministros, representantes de la Iglesia, el cuerpo diplomático y distinguidos ciudadanos de Caracas en la plazuela de la Trinidad para trasladar la urna, entre filas de milicias uniformadas, a través de calles adornadas con cortinaje de luto, banderas tricolores, gorros frigios y emblemas, en una impresionante procesión, hasta la iglesia de San Francisco, en la cual se celebró un oficio solemne, enalteciendo la vida y obra de aquel gran hombre que luchó con denuedo por la libertad. Las cenizas del Libertador permanecieron en la iglesia de San Francisco hasta el día 23 de diciembre, fecha en la cual fueron trasladadas, con igual solemnidad, hasta la Catedral de Caracas, donde se les inhumó en la cripta de la familia Bolívar. Por encargo del gobierno, Fermín Toro redactó la reseña de estos actos.

De tal manera, que el glorioso 28 de octubre de 1876 la ciudad de Caracas se volcaba a las calles para presenciar el traslado de los restos del Libertador Simón Bolívar de la Catedral al Panteón Nacional, que fueron llevados a este lugar solemne. En el Panteón, el acto según los historiadores, contó con la participación como oradores de los caballeros Sistiaga y Eduardo Calcaño

Esta es pues, apenas una vista panorámica a la interesante historia del Panteón Nacional a los 149 años de su inauguración y a los 148 años del traslado de los restos del Padre de la Patria al emblemático recinto, cumplidos ambos aniversarios el paso 28 de octubre.

Posteriormente, el Panteón Nacional sería objeto de nuevas remodelaciones durante la Administración del General Juan Vicente Gómez, siendo la primera en 1911 a cargo del arquitecto Alejandro Chataing y la segunda en 1929 bajo la responsabilidad del arquitecto Manuel Mujica Millán, cuya fisonomía es la que luce actualmente y que fuese inaugurada oficialmente el 17 de diciembre de 1930 dentro del marco de la conmemoración del centenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar.

Mas tarde, en el año 2013 se inaugura el Mausoleo del Libertador, edificación anexa al Panteón Nacional, creándose así el Conjunto Monumental Panteón Nacional-Mausoleo del Libertador, donde desde entonces reposan los restos del Padre de la Patria, obra que el Gobierno Nacional según lo recoge el libro “El Mausoleo del Libertador” editado por el Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia (p. 313), donde los encargados de la arquitectura fueron Farruco Sesto, Lucas Pou, Gilberto Rodríguez y Orlando Martínez Santana.

De conformidad con lo señalado por El Nacional en marzo de 2013, el mausoleo estaba listo para ser inaugurado desde el 17 de diciembre de 2012, pero debido a las condiciones de salud del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, la fecha de inauguración se pospuso. Finalmente y luego del lamentable deceso del Presidente Chávez el 5 de marzo de 2013, la obra fue inaugurada el 14 de mayo de 2013.  El acto estuvo presidido por el Presidente Nicolás Maduro y contó con la presencia del alto gobierno.

 

Barquisimeto, domingo 3 de noviembre de 2024.

 

Fuentes Consultadas:

Cámara de Comercio, Industria y Servicios de la Cámara de Caracas (2024) Biografía del Panteón Nacional. [Artículo en Línea] Disponible en: https://camaradecaracas.com/la-camara-caracas-y-sus-historias/cronicas-de-la-ciudad/biografia-del-panteon-nacional/

González, M. (2016) Mausoleo del Libertador, anexo del Panteón Nacional. Institutional Assets and Monuments Of Venezuela. [Artículo en Línea] Disponible en: https://iamvenezuela.com/2016/07/mausoleo-del-libertador-anexo-del-panteon-nacional/

Fundación Wikimedia (2024) Panteón Nacional de Venezuela [Información en Línea] Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Pante%C3%B3n_Nacional_de_Venezuela

Lindarte, C. / Lameda, H. (2014) Arquitectos, Artistas y Héroes: La Huella Extranjera en el Panteón Nacional. 1874-2012. [Trabajo en Línea] Disponible en:  https://trienal.fau.ucv.ve/2014/cd/PDF/hyp/HP-10.pdf

Nieschulz de Stockhausen, E. (s/f) Repatriación de los restos de Bolívar. [Información en Línea] Fundación Polar. Diccionario de Historia de Venezuela. Disponible en: https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/r/repatriacion-de-los-restos-de-bolivar/#:~:text=El%2026%20de%20agosto%20de,donde%20reposan%20en%20la%20actualidad.

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