Hoy 18 de octubre de 2.019 se cumplen 74 años de una fecha que, si bien ha sido olvidada en los últimos tiempos, no por ello deja de ser histórica, porque, sencillamente, cambió por completo el rumbo del país.
Se trata del golpe de Estado que dio al traste con el gobierno del general Isaías Medina Angarita, quien, si bien militar de carrera, durante los cuatro años en que se extendió su gestión, se caracterizó por ser un gobierno eminentemente civilista y respetuoso de las libertades públicas, incluso al extremo de que muchos historiadores aseguran que no tuvo presos políticos.
Una serie de factores se confabularon para que cristalizara la asonada contra Medina Angarita, lo cual, por supuesto, sería muy extenso de analizar.
Lo cierto es que, tras la renuncia de Medina como mandatario, surgió, en la noche del día siguiente, 19 de octubre, un gobierno integrado por varios miembros, civiles y militares, que se llamó a sí mismo como “Junta Revolucionaria de Gobierno”.
Dicha junta la integraron siete miembros, cinco civiles y dos militares.
La encabezó como presidente Rómulo Betancourt, máximo dirigente del partido Acción Democrática (AD).
La integraron, además, los civiles Raúl Leoni, Luis Beltrán p
Prieto Figueroa, todos connotados dirigentes de AD, y el independiente Edmundo Fernández, y, asimismo, fueron parte de este connubio los militares Carlos Delgado Chalbaud, mayor del ejército, y Mario Ricardo Vargas, capitán igualmente del ejército.
Como dato histórico y que pocos venezolanos saben, valga señalar que, en su misma acta constitutiva, todos los miembros de la junta gobernante incluyeron una cláusula en la cual ellos mismos se autoexcluían de ser candidatos a cualquier organismo electivo en los futuros comicios que convocarían –y que de hecho convocaron– los organismos competentes.
Ester gobierno colegiado condujo los destinos del país hasta febrero del año 1.948, cuando le entregó el poder a don Rómulo Gallegos, quien fuese electo como presidente en las comicios de diciembre de 1.947.
Reinaldo Gómez