“Las expectativas de las que tanto hablaba –y habla– el gobierno nacional para la educación venezolana en este año 2024 que está por concluir no se cumplieron en absoluto”.
Quien de esa forma se expresó fue el profesor Dalí Álvarez, secretario general de la Seccional Lara de la Federación Nacional de Educadores Sindicalizados (Fetrasined) de Venezuela.
Álvarez emitió su apreciación a requerimiento de este portal noticioso, habida cuenta de que ya estamos en pleno mes de diciembre, precisamente comenzando el último mes del año 2024.
–Y decimos que no fueron cumplidas –prosiguió el dirigente– ni en cuanto a la calidad educativa propiamente dicha se refiere, ni en cuanto a las reivindicaciones sociales para el docente.
–Así, por ejemplo, vemos cómo en las últimas semanas, la devaluación de nuestra moneda ha sido astronómica, al extremo de que hay algo así como una especie de competencia entre el monto del aumento del dólar del Banco Central de Venezuela, y el monto de incremento del dólar paralelo.
–Esto, por supuesto, ha afectado directamente y en extremo la calidad de vida del venezolano en general, pero de manera especial la del educador, al extremo de que, por ejemplo, resulta que nos están pagando a cuentagotas el bono navideño que nos corresponde por contratación colectiva.
–Obviamente, cuando los educadores recibimos ese bono fraccionado y tan menguado, lo que se vuelve es simplemente sal y agua, como se dice coloquialmente.
Condiciones no están dadas…
–De manera, pues, que, lamentablemente, las condiciones objetivas y materiales no están dadas en lo concreto para cumplir con el techo docente requerido y necesario.
–¿Y por qué? Pues sencillamente porque, por mucho valor y entrega de que podamos hacer gala los educadores venezolanos, virtudes que, dicho sea de paso, las tenemos, nuestra preocupación primordial, como la de toda persona, tanto en Venezuela como en el mundo entero, es el mantenimiento y sustento de la familia.
–De esa forma, una vez solventada esa preocupación, que se hace cada día más intensa, entonces, sí, podremos acudir nosotros al liceo, a la escuela o a la universidad, sin preocupaciones de ningún tipo, y poder así ejercer a plenitud nuestra profesión docente, sin distracción alguna, incluyendo la existencia de condiciones plenas de higiene y seguridad laborales, que ahora mismo brillan por su ausencia.
–Y hay algo más: A esta nada agradable situación, se suma una serie de denuncias que hemos estado recibiendo de parte de algunos colegas, quienes nos informan que han sido objeto de atropellos, de acoso laboral, de cambios de espacios de trabajo en forma inconsulta, etc.
–Pero es que hay algo peor todavía: Suspensiones de sueldo de manera totalmente ilegal, ya que, para que se llegue a este punto de suspensión de sueldo, ello debe pasar primero por un debido procedimiento administrativo, lo cual, lamentablemente, tampoco se cumple.
Acumulación
–En consecuencia, hay toda una serie de arbitrariedades y atropellos que se han venido acumulando uno sobre otro, en perjuicio del docente venezolano.
–Entonces, a la pregunta de cómo es, a mi juicio, el balance de este año escolar en el país, lo que tengo que decir es que se trata de un balance sencillamente tétrico y en contra del profesional de la docencia, y puedo asegurar que estamos ahora peor que en el año 2023.
–Por tal motivo, le hacemos un llamado al señor ministro de Educación, Héctor Rodríguez Castro, y al jefe de la Zona Educativa del Estado Lara, profesor Eliamer El Katrib, quien, por cierto, es un hombre muy respetuoso, y nos ha atendido siempre muy amablemente en su oficina.
–Estamos seguros –continuó diciendo Álvarez, dirigiéndose a dichos altos funcionarios— que ustedes quieren lo mejor para nosotros los educadores, pero creemos que debemos conversar, y que nos den una respuesta clara, concreta y definitiva a nosotros los docentes, porque los educadores somos el baluarte, el pilar fundamental, de la educación.
–Una revolución, aquí y en cualquier país del mundo, se sostiene como bastión fundamental, con la educación y con la cultura, y por eso creemos que los educadores venezolanos merecemos en este momento un trato digno por parte del Estado venezolano.
Gráfica: Julio Colmenárez
RG