“A mi hijo lo usan de carnada”, con esta cita textual, Lucila Gil, madre de Ysnardy Gonzales asegura que su hijo no tiene nada que ver con los presuntos 32 mil dólares que le incautaron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), el pasado viernes 13 de diciembre en el municipio Morán del estado Lara, el cual según la versión policial, al momento de la detención no logró justificar su procedencia.
En ese sentido, cuenta que ese día su hijo estaba en la oficina de la empresa Gourmex C.A., a cargo de Donny Pérez, cuando supuestamente los funcionarios ingresaron “sin ninguna orden judicial”.
Explica que Ysnardy, era el asistente del señor Donny, quien se dedica a la comercialización de los insumos para la siembra y cosecha del café a través de la mencionada empresa, donde su hijo ya tenía un año trabajando.
Lucila describe a su hijo como una persona honrada y humilde, y sin antecedentes penales, quien además es el encargado de velar tanto por ella, como por su padre, —hoy día desempleado—.
“Por ejemplo, a raíz de la detención arbitraria de mi hijo, la tiroides se me ha alterado, debido a que ya son seis días sin poder verlo, y sin saber cómo está”.
También cuenta que diariamente tienen que trasladarse de El Tocuyo a la sede policial preventiva de la PNB, ubicada en el sector Pata e’ palo, en la Av. Libertador a pocos metros del Hospital Central Antonio María Pineda, donde debe traer las tres comidas (arepas) y agua, y gastar 10 dólares en pasajes.
Lucila dice que desde la detención de su hijo, el encargado de la empresa contrató un abogado, y en este momento está en el lapso de los 45 días de averiguaciones, pero a su vez, clama para que su hijo sea traslado a la sede policial de El Tocuyo, lo que le permitiría ahorrase en pasaje.
“Mi hijo tiene problemas de salud”
La madre de Ysnardy, confiesa que su hijo sufre de miopía, y de corazón recrecido, y en la situación que se encuentra, su condición de salud se deteriora, por lo que insiste que su hijo, es inocente de todo lo qué se le acusa.
Por Anderson Piña Pereira Fotos: cortesía