La estrella de Belén, citada en el Evangelio de Mateo, se presenta como un resplandeciente fenómeno celestial que guió a los Reyes Magos hasta el lugar del nacimiento de Jesús.
Este misterioso relato ha despertado la curiosidad y el debate durante siglos, llevando a teólogos y astrónomos a cuestionarse e investigar su naturaleza.
Científicamente, se trata de un fenómeno celeste que origina una brillante aparición en el cielo, pero, ¿a qué se debe? ¿Un cometa, una supernova, una conjunción de planetas?
Una de las hipótesis más extendidas, es que la estrella de Belén fue una conjunción de planetas, es decir, un fenómeno en el que dos o más planetas se alinean en el cielo, creando un cuerpo único y brillante. Una conjunción es lo que se cree que coincidió con el nacimiento de Jesús.
En diciembre de 2020 se vio la conjuncion de Júpiter y Saturno, evento que captó la atención de millones de personas y acaparó titulares de todo el mundo, y se le conocio como «Estrella de Belén 2020».
Los astrónomos estiman que un evento como este volverá a ocurrir en el año 2080, pero antes, en diciembre 2024, una parte del mundo podrá observar un espectáculo parecido a la «Estrella de Belén».
Al menos así publicó la revista Forbes:«Venus brillará intensamente en el cielo occidental tras el atardecer, mientras que Júpiter y Marte alcanzarán su máxima luminosidad en el horizonte nocturno».
Aunque no tan resplandeciente como en 2020, Venus brillará en el oeste y Júpiter y Marte en el oeste luego del anochecer, en la semana del 16 al 22 de diciembre.
En resumen, el fenómeno astronómico conocido como la Estrella de Belén, sigue fascinando a historiadores, teólogos y astrónomos. Aunque no existe una respuesta definitiva, sigue inspirando la imaginación, las especulaciones, la fe y hasta las manipulaciones.