La atleta paralímpica belga Marieke Vervoort decidió someterse a la eutanasia y murió a los 40 años.
Ella tenía una enfermedad muscular degenerativa e incurable, que padeció durante más de dos décadas desde que la diagnosticaron cuando tenía 14 años.
La enfermedad comenzó en 1993, a raíz de una inflamación en un pie. Desde entonces el dolor se volvió algo intrínseco en su vida. Sin mayores precedentes, lo único que acertaron los doctores a decir fue que se trataba de una enfermedad muscular degenerativa incurable, con origen en la columna vertebral.
Poco a poco le dejaron de funcionar las piernas y tuvo que depender de la silla de ruedas. Después llegó la pérdida de visión y la creciente aparición de ataques de epilepsia.Debido al dolor tan intenso, en muchas ocasiones, sólo podía dormir en períodos de 10 minutos.
Tras haber firmado documentos, para poner fin a su vida cuando ella lo decidiera, declaró que buscaba crear consciencia sobre la eutanasia, que es legal en Bélgica. Las autoridades de su ciudad natal de Diest oficializaron la información.
Ganó medallas de oro y plata en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 en Inglaterra y otras dos preseas en los de Río de Janeiro 2016 en Brasil.
Antonio José Seijas
Foto: Internacional/Prensa