Donald Trump quiere detener y deportar inmigrantes a gran escala casi desde el primer día. De hecho, el sábado 18Ene le dijo a NBC News que las deportaciones masivas siguen siendo una prioridad principal, mientras que su futuro zar de la frontera, Tom Homan, le declaró el viernes 17Ene a Fox News que están preparando arrestos de inmigrantes sin papeles en grandes redadas a lo largo de todo el país.
Tras estas declaraciones, comenzó a rodar la información sobre los preparativos para una gran redada en Chicago, para el martes 21Ene, apenas un día después de la toma de posesión presidencial.
Según publicó The Wall Street Journal, el viernes 17, el nuevo Gobierno planea una «redada migratoria a gran escala» en esa ciudad, la más poblada del estado de Illinois y una de las más importante del país, con el despliegue de entre 100 y 200 agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés).
Aunque organizaciones defensoras de los migrantes están trabajando a contra reloj para orientar a las comunidades migrantes sobre cómo actuar ante agentes migratorios, las filtraciones a la prensa podrían hacer que el Gobierno entrante reconsidere la operación, según declaró la noche del sábado 18 a The Washington Post, el mismo Homan.
De allí que Trump advirtiera que “no puedo decir qué ciudades porque las cosas están evolucionando. Y no creo que queramos decir qué ciudad” y Homan por su parte no dio una fecha exacta de cuando comenzarán las redadas, pero indicó que comenzarían pronto.
“Tenemos que sacar a los criminales de nuestro país. Y creo que estarían de acuerdo con eso. No sé cómo alguien podría no estar de acuerdo”, expresó el mandatario, y Homan precisó que se concentrarán «primero en lo peor, en las amenazas a la seguridad pública (personas con antecedentes penales), pero nadie está fuera de la mesa. Si están en el país ilegalmente, tienen un problema”, dijo.
Esta avanzada se denomina Operación Salvaguardia, y es un reforzamiento de las habituales deportaciones del ICE, que en el primer gobierno de Trump, fue dirigido precisamente por la mano dura de Tom Homan. Durante su campaña, Trump prometio que “el primer día pondré en marcha el mayor programa de deportación de la historia de Estados Unidos para echar a los delincuentes”.
Y en su primera gran entrevista tras ganar las elecciones, mantuvo su promesa, detallando que tras los delincuentes, iría viendo “cómo va”, abriendo la puerta a un pacto para que los llamados dreamers (que llegaron como menores hijos de inmigrantes y han hecho su vida en el país) se queden en Estados Unidos.
Para cumplir su promesa, el Congreso de EE.UU. ultima la aprobación de la primera ley de deportaciones de la segunda era Trump, la cual estaría lista para firmarla en sus primeros días en el cargo.
El nuevo instrumento permitiría las deportaciones de inmigrantes sin papeles que hayan cometido delitos menores, aunque no hayan sido condenados.
La ley lleva el nombre de Laken Riley, la estudiante de enfermería de 22 años de edad asesinada en febrero de 2024 en la Universidad de Georgia, por José Antonio Ibarra (26), un venezolano que cruzó ilegalmente la frontera en septiembre de 2022 y al que, aún siendo reseñado por varios delitos menores cometidos ya en suelo estadounidense, se le permitió permanecer en libertad tramitando su situación legal.
Fue uno de los casos que Trump explotó en la campaña electoral. Ibarra fue condenado a cadena perpetua en noviembre. Ibarra fue sentenciado a cadena perpetua.
Con información de agencias
Fotoportada: EuropaPress