“En Andrés Eloy Blanco, se combinaron el arte creador y la civilidad, la literatura y la inspiración, lo que en le devino en una verdadera forma noble de hacer política”.
La anterior manifestación provino del doctor Jorge Ramos Guerra, abogado larense, escritor, ex parlamentario y punzante crítico del arte y de la política, durante su exposición en el acto llevado a efecto en la sede del Colegio de Ingenieros del Estado Lara, en conmemoración de los 70 años del trágico fallecimiento del eximio bardo maturinés, efemérides que se cumplió precisamente este miércoles 21 de mayo.
Como es sabido, Andrés Eloy Blanco falleció el 21 de mayo de 1955, cuando el vehículo en el que se desplazaban varias personas, entre ellos él y su esposa, Liliana Iturbe de Blanco, fue impactado por otro vehículo en una red vial cercana a Ciudad de México, la capital de México, país que lo había acogido en asilo político, dada la presencia en Venezuela de la feroz dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y que lo tenía a él en la mira de la persecución política.
Al respecto, valga recordar que Andrés Eloy Blanco fue presidente de la Asamblea Nacional Constituyente que rigió en Venezuela desde el año 1.946 hasta enero de 1948, y, además, fue también ministro de Relaciones Exteriores del breve gobierno constitucional de ese venezolano de excepción que se llamó Rómulo Gallegos, desde febrero de 1948 hasta el 24 de noviembre de ese mismo año, cuando fue derrocado por una caterva de militares envalentonados por tener las armas en sus manos.

En el presídium del acto, estuvieron varios de los integrantes de la comisión organizadora del evento, entre ellos Débora Velázquez de Valecillos, Justo Mendoza, Miguel Parra, Julio Gutiérrez y Elkin Arcila.
Al servicio de la libertad, de la democracia y de la justicia social
Fue enfático Ramos Guerra en afirmar que la vida del reconocido bardo venezolano estuvo siempre al servicio de la libertad, de la democracia y de la justicia social.
–Y el contenido de sus innumerables poemas habla por sí solo al respecto–, destacó.
De la misma forma, Ramos Guerra expresó que, a su juicio, el accionar de Andrés Eloy Blanco se manifestó igualmente en una vida de civilidad, que quiere decir una vida de ciudadanía, “tal como lo expresó el Libertador Simón Bolívar”.
En ese sentido, recordó el disertante que Bolívar afirmaba que, más que el de libertador, y más que el de general, el título que a él más le llenaba era el de ”ciudadano”.
Más allá de la palabra
Por su parte, el profesor Justo Mendoza se refirió a las numerosas cualidades del fallecido poeta venezolano, así como a su historial político y cívico.
Y en una de sus aseveraciones, expresó:
–Andrés Eloy Blanco no solamente le cantaba al amor, sino que lo practicaba en la vida real, y quiso tanto a su patria, que prefirió, incluso desde cuando la tiranía de Juan Vicente Gómez, el destierro, la cárcel y los grillos, antes que claudicar en sus luchas.
Añadió que Blanco fue asimismo un insigne orador y un ferviente crítico en cuanto al hecho político se refiere.
–Es más –recalcó finalmente–, casi pudiera decirse que Andrés Eloy Blanco vivió todo el tiempo en gerundio: Luchando, escribiendo, educando, analizando, combatiendo, y pare usted de contar.
Anexos poéticos
Como parte del acto, varios de los allí presentes leyeron, o declamaron, algunos de los poemas del fallecido poeta.
Entre ellos, recordamos a Rubén Hurtado, Henry Ugas, Miguel Parra, Héctor Carmona y Diego Antonio (“Toño”) Rivero.
Este último, además, entonó una hermosa melodía dedicada a Andrés Eloy Blanco (RG).