La noche en el Allianz Arena no sólo marcó un hito para el Paris Saint-Germain, que finalmente alzó su ansiada primera UEFA Champions League, sino que también fue escenario de un tributo cargado de profundo significado.
Luis Enrique, el estratega detrás de esta victoria histórica, honró la memoria de su hija Xana en un gesto que conmovió al mundo, todo ello según lo describe el portal “2001”.
El técnico asturiano, tras la categórica victoria de su equipo (5-0 sobre el Inter), se dirigió hacia la afición, y, con la emoción a flor de piel, se puso una camiseta con el distintivo logo de la Fundación Xana.
La imagen, poderosa por sí misma, se completó con la bandera del PSG clavada en el césped, simbolizando la unión de su logro con el recuerdo de su hija.
Momento icónico
Este acto de Luis Enrique rememoró un momento icónico de su carrera. Él mismo lo había anticipado: «Recuerdo una foto que tengo con ella increíble, en la final de la Champions, en Berlín, después de ganar la Champions, clavando una bandera del FC Barcelona en el campo. Tengo el deseo de poder hacer lo mismo con el PSG. No estará mi hija físicamente, pero estará espiritualmente. Y eso, para mí, es muy importante».
Xana, quien falleció en agosto de 2019 a los 9 años de edad a causa de un osteosarcoma, ha sido una presencia constante en la vida del técnico.
Su victoria en la Champions con el PSG, más allá del éxito deportivo, representa el cumplimiento de esta promesa personal, un testimonio de amor y resiliencia que el mundo del fútbol ha abrazado.
Los aficionados parisinos se sumaron a este emotivo homenaje con una demostración espectacular: En la zona de hinchas del PSG, se desplegó un enorme pendón que mostraba a Luis Enrique junto a su hija, ambos inmortalizados en el acto de clavar la bandera del club.
Un gesto que selló la conexión entre el equipo, su afición y el conmovedor legado de Xana (R