Podremos estar dormidos, pero nuestro cerebro continua activo y según nuestros patrones de sueño, determinando qué resulta importante recordar y lo que no complica olvidar.
La manera como nuestro cerebro regula el almacenamiento de sueños en nuestra memoria depende mucho de nuestros ciclos del sueño y si despertamos o no durante ellos.
Quienes despiertan durante la etapa del sueño REM (movimiento rápido del ojo) y en la que ocurren los sueños, tienen una mayor tendencia a recordarlos, porque el cerebro está más activo y el despertar en esa fase, facilita almacenar los sueños en la memoria.
En cambio, quienes no despiertan durante el sueño REM, que corresponde a entre el 20 y 25% del tiempo que pasamos dormidos, tienden a no recordar sus sueños y hacerlo sólo un par de veces al mes, cuando se dan las condiciones adecuadas.
Quienes tienen un sueño REM más “liviano”, también son capaces de reaccionar ante estímulos externos, generalmente auditivos, lo que activa la actividad eléctrica del cerebro.