Las potencias mundiales advirtieron el viernes que el mundo se ha convertido en un lugar más peligroso luego de que Estados Unidos mató al general de mayor rango de Irán, y aunque algunas pidieron moderación, Gran Bretaña y Alemania sugirieron que Teherán tenía parte de culpa por provocar el ataque dirigido que disparó las tensiones en Oriente Medio.
China, Rusia y Francia, todos ellos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no se pronunciaron de forma contundente sobre el ataque aéreo que acabó con la vida del general Qassem Soleimani y varios de sus socios en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad en la madrugada del viernes.
La Casa Blanca dijo en un tuit que Soleimani, que dirigía a la Fuerza Quds responsable de las campañas iraníes en el extranjero, «estaba desarrollando activamente planes para atacar a diplomáticos y militares estadounidenses en Irak y en toda la región».
Los precios del crudo subieron por las noticias del asesinato, reflejando el nerviosismo de los inversionistas en torno a la estabilidad de Medio Oriente. También hubo amenazas de venganza por parte de Irán. Las redes sociales se llenaron de muestras de alarma, con los usuarios de Twitter que colocaron el hashtag «WWIII» (Tercera Guerra Mundial) en el primer sitio de las tendencias a nivel internacional.
«Nos despertamos en un mundo más peligroso. La escala militar siempre es peligrosa», afirmó la viceministra de Exteriores de Francia, Amelie de Montchalin, en declaraciones a la radio RTL. «Cuando ocurren estas acciones, estas operaciones, podemos ver que la escalada está en marcha».
Rusia calificó el ataque estadounidense como «plagado de consecuencias graves». En un comunicado, el Ministerio de Exteriores advirtió que «estas acciones no ayudan a resolver los complicados problemas de Oriente Medio, sino que conducen a una nueva ronda de crecientes tensiones».
Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, informó que el presidente estadounidense Donald Trump tenía en la mira su campaña de reelección al momento de ordenar el ataque.
«El ejército de Estados Unidos actuó bajo órdenes de políticos estadounidenses. Todos deberían recordar y entender que los políticos estadounidenses tienen sus propios intereses, considerando que este año es un año electoral», comentó Zakharova durante una entrevista televisiva.
Los adversarios de Trump consideran el ataque como uno imprudente, con el precandidato demócrata a la presidencia Joe Biden que dijo que el mandatario «arrojó una barra de dinamita a un barril de pólvora».
China dijo estar «muy preocupada».
«La paz en Oriente Medio y en la región del Golfo Pérsico debería preservarse», apuntó el vocero de la cancillería china, Geng Shuang. «Instamos a todas las partes implicadas, en especial a Estados Unidos, a que mantengan la calma y la moderación y eviten que las tensiones aumenten».
Aunque se hicieron eco de las preocupaciones de las otras potencias sobre la situación, Gran Bretaña y Alemania rompieron filas y expresaron cierta comprensión de la posición de Washington.
La portavoz del gobierno alemán, Ulrike Demmer, dijo que la acción de Washington fue «una reacción a una serie de provocaciones militares de las que Irán es responsable», señalando a los ataques contra petroleros y una instalación petrolera saudí, entre otros incidentes.
«Estamos en un punto peligroso de la espiral y lo que importa ahora es contribuir con prudencia y moderación a la escalada», agregó. Alemania ocupa una plaza en el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque no de forma permanente.
El secretario británico de Exteriores, Dominic Raab, manifestó que «siempre hemos reconocido la agresiva amenaza que representa la fuerza iraní Quds dirigida por Qasem Soleimani».
«Tras su muerte, pedimos calma a todas las partes», dijo. «Un nuevo conflicto no es del interés de nadie».
También hubo advertencias de que el ataque podría mermar los esfuerzos para acabar con los vestigios del grupo Estado Islámico. Un funcionario de alto rango de la Unión Europea, Charles Michel, dijo que «el riesgo es un estallido generalizado de violencia en toda la región y el resurgimiento de las oscuras fuerzas del terrorismo que prosperan en momentos de tensiones religiosas y nacionalistas».
En Oriente Medio, el ataque generó conmoción, rabia y miedo a que pueda ocurrir algo peor.
En un discurso durante las oraciones del viernes, el líder religioso chií más poderoso de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani, apuntó que el país debe prepararse para «tiempos muy difíciles».
En Irán, un asesor conservador del líder supremo del país, que dirigió las oraciones en Teherán, comparó a los soldados estadounidenses con «bestias insidiosas» y dijo que deberían ser barridas de la región.
«Le digo a los estadounidenses, especialmente a Trump, que nos tomaremos una revancha que convertirá la luz del día en la oscuridad de la noche», proclamó el ayatolá Ahmad Khatami.