Los premios a los más valiosos de la temporada 2019-2020 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional fueron entregados en el Salón Mochima del Hotel Pestana en Caracas, tras aprovechar el día libre de la Gran Final entre Cardenales de Lara-Caribes de Anzoátegui cuando viajaban a Barquisimeto.
Las distinciones recayeron en el jardinero dominicano Olmo Rosario (Águilas del Zulia), Productor y Más Valioso del Año; el también guardabosque dominicano Denis Phipps (Caribes de Anzoátegui), Regreso; Gregory Infante (Tiburones de La Guaira), Cerrador; Henry Rodríguez (Águilas del Zulia), Setup; Yohan Pino (Navegantes del Magallanes), Pítcher; el guardabosque Ángel Reyes (Águilas del Zulia), Novato y Renny Osuna (Tiburones de La Guaira), Mánager. Rosario se llevó premio Víctor Davalillo, Phipps el Luis Salazar, Pino el Carrao Bracho y Osuna el Alfonso ‘Chico’ Carrasquel.
Rosario, Productor y Más Valioso, dijo que juega y respeta todas las ligas de béisbol. Cuando decidió jugar en Venezuela, le informaron que esta Liga no servía. “El que diga eso que se pare en el plato e intente batear como lo hicimos muchos este año”, aclaró. Recordó que no es cuarto bate, porque no saca jonrones y de hecho en México batea de segundo o tercero en virtud de jalar mucho la pelota.
El quisqueyano explicó que el piloto Marco Davalillo le dijo que sería cuarto bate sólo en el primer turno y luego pensara en ser el primero, segundo o tercero. “Eso me ayudó mucho, incluso si los pítchers no querían enfrentarme, yo mismo les decía a mis compañeros, Ángel Reyes o Yosmany Guerra, que batearan para luego tener a quien a elegir, y así fuimos exitosos». Pasó a ser el out más difícil de hacer en la Liga.
Phipps, el Regreso, no faltó al agasajo, a pesar de su viaje de Puerto La Cruz a Barquisimeto, porque en realidad quería estar en la recepción. La distinción no se le otorgaba a jugadores importados, hasta que el norteamericano Tom Evans lo alcanzó en la 2009-2010, por ser un foráneo que había jugado más de cinco años en la LVBP y luego de un gran rendimiento se vino abajo, para después volver y brillar. Algo muy parecido le ocurrió a Phipps, quien también acumula la misma cantidad de temporadas y volvió de una manera sorprendente.
Denis quedó estupefacto cuando supo que había conseguido el premio. “Me dijeron que gané ese premio, pero no estaba al tanto que a los importados no se los dan. Gracias a Dios y a Caribes que me dieron la oportunidad de regresar, porque sabían la situación de los peloteros que no podían jugar aquí por la restricción de la Major League Baseball y me preguntaron si estaba interesado, y desde luego, no dudé en volver”, dijo.
Infante, el Cerrador, indicó que fue una gran oportunidad pertenecer a Tiburones. “Al no tener la posibilidad de hacer el equipo de Orioles (Baltimore), en vista de sufrir una hepatitis en el Spring Training, llamé a mi esposa y decidí jugar en Venezuela en la Liga Bolivariana, a fin de comenzar a prepararme para La Guaira y aquí están los resultados”, expresó.
Rodríguez, el Setup, estuvo dos años fuera sin poder ser regular. “Antes lancé cinco veces, pero sin muchas opciones de quedar en el equipo y en cambio esta temporada, desde el primer día de entrenamiento, le dije al mánager Davalillo (Marco) que yo quería lanzar donde fuera. Si era en los últimos innings, aún mejor y salió todo muy bien», declaró el relevista de 32 años.
Pino, el Pítcher del Año, no tuvo contrato en el exterior porque no le veían un brazo bueno y eso fue la diferencia de otros años. De todas formas se preparó, para darlo todo con Magallanes y vaya de qué manera, porque al final el derecho obtuvo el premio del Mejor Lanzador, quien fue Setup del Año en la 2011-2012 cuando jugaba para Tigres de Aragua. Por su mente no pasaba la de abrir juegos, a menos que el mánager lo necesitara. “Ahora gracias a esta labor puedo seguir y hasta pude conseguir un contrato en México», señaló.
Reyes, el Novato, brincaba en una pata. «Yo le dije a mi mamá que cuando debutara iba a ser el Novato del Año y bueno aquí estoy”, explicó el utility de los zulianos, quien comenzó en la paralela con Tiburones, pero no tuvo suerte para el llamado como profesional y hasta pidió jugar para Caribes porque es de Barcelona. El Zulia, finalmente, fue el equipo que lo tomó y le dio la gran oportunidad.
Osuna, el Mánager, arrancó con el pie derecho, porque tuvo un debut estupendo en la temporada y clasificó a la Serie Semifinal. “Yo estaba preparado para estar en las oficinas del equipo, pero la situación ameritó cambiar al rol de mánager y de verdad no fue fácil, pero de a poco fui aprendiendo y agarrándole el gusto”, dijo. “Creo que esta oportunidad que tuve me sirve para hacerlo mejor en el futuro y ser un mejor técnico de lo que fui en la primera”, afirmó.
Antonio José Seijas
Fotos: Los premiados posaron para los reporteros de los medios/LVBP